La «Praça Forte de Almeida» está considerada como una de las más originales fortalezas seiscentistas protuguesas, siendo una de las más monumentales, junto con la Plaza Fuerte de Valença y la de Elvas. Confrontaba directamente con el Fuerte de la Concepción, en la provincia de Salamanca y, más allá, con la también imponente villa fortificada de Ciudad Rodrigo.
La cintura de murallas abaluartadas rodea por completo la ciudad, incluyendo los restos del antiguo castillo medieval.
El castillo medieval
El castillo medieval de Almeida pertenecía a la que fue llamada “Línea del Tajo”, frontera del reino de Portugal en el final del siglo XIII. Su función principal fue la defensa de las tierras del Valle del río Côa, además de impulsar la población de aquellas tierras.
Restos del Castillo
Hoy los restos del castillo se encuentras dentro de la Plaza Fuerte de Almeida. La ciudad y su castillo fueron conquistados en 1039 por las fuerzas de Fernando I de León. Durante decenios pasó de unas a otras manos, musulmanas, leonesas o portuguesas. En 1217 Almeida aparece documentada por primera vez como pueblo leonés, formando parte de un conjunto de poblaciones que protegían la frontera del río Côa.

Dinis I de Portugal trató de consolidar su asentamiento, para lo cual le concedió carta foral en 1296 y procedió a la reconstrucción del castillo, al igual que los vecinos le concedió carta de la carta (8 de noviembre 1296), después de lo cual se han reconstruido su castillo, al igual que los vecinos del Castelo de Alfaiates, Castelo Bom, Castelo Melhor, Castelo Mendo, Castelo Rodrigo, Castelo de Pinhel, Castelo do Sabugal y Castelo de Vilar Maior. La definitiva posesión portuguesa sólo se confirmó por el Tratado de Alcañices (1297).
Bajo el reinado de Manuel I de Portugal se duplicaron las murallas en torno a 1508. Un año después el pueblo y su castillo fueron dibujados por Darte de Armas en su “Livro das Frotalezas”. Y en 1517 se registraron nuevas obras.

El castillo medieval presenta planta rectangular con cuatro torres de planta circular. Al abrigo de sus muros se desarrolló el núcleo medieval, cuyo vestigio se ve en la Puerta del Sol, trazado que la Calle de los Combatentes acompaña y que define el antiguo burgo. Como se ha dicho sólo quedan restos si bien suficientemente significativos.
La Cerca abaluartada
La fortaleza de Almeida fue mandada construir durante la guerra de restauración por D. Álvaro de Abranches, general de la provincia de la Beira.
La edificación de las murallas se iniciaba en 1641, siendo el diseño del proyecto atribuido a Pierre Gilles de Saint-Paul, inspirándose en la topología de la tratadística de Deville. Las obras quedaron a cargo del arquitecto David Álvares.

La fortaleza, edificada alrededor del perímetro urbano de Almeida, presenta una planta en forma de hexágono cuya estructura está compuesta por seis baluartes, cada uno con denominación propia – San Francisco, San Pedro, Santo António, Nuestra Señora de las Botas, Santa Bárbara y San Juan de Dios, que se unen entre sí por cortinas de murallas. También se construyeron una serie de revellines, colocados puntualmente ante cada uno de los paños de la muralla; sus designaciones son Santo António, Paiol, Amores, Brecha, Cruz, Hospital de Sangre y Doble.
Detalles de las fortificaciones
La comunicación con el exterior de esta cintura amurallada se hace a través de los portales de San Francisco y de San Antonio, edificados cerca de 1645, que presentan modelos de gran elaboración, con el toque de fantasía manierista dado por la colocación de las garitas sobre el eje y el uso depurado de las órdenes y de un simple rusticado derivado de las más puras formas del clasicismo francés.
Portas dobles de San Francisco
Debido a sus dimensiones, la construcción de la Plaza de Almeida se prolongó hasta finales del siglo XVII, culminando en 1680. En 1762, durante la Guerra de los Siete Años, la villa fue rodeada por los ejércitos españoles, por lo que se realizaron obras de revalorización de la estructura de la fortaleza.
Sin embargo, a partir de 1776, la fortificación fue progresivamente abandonada, hasta que en los años de 1807 y 1808 las tropas napoleónicas invadieron la plaza. En 1810, una explosión en el polvorían llevó a la destrucción de parte de la fortaleza. Curiosamente el nombre de Almeida se encuentra inscrito en el Arco del Triunfo en París, ya que Napoleón Bonaparte consideró la explosión del polvorína y la toma de la plaza fuerte en 1810, como una de las victorias de «La Grande Armée».
Garitas
Tras la retirada napoleónica desde 1812 se inciaron diversas obras de restauración y renovación de la estructura. Después de haber funcionado como prisión política durante las luchas liberales, la Plaza de Almeida dejaba de ejercer funciones militares en definitiva en el año 1927.

En 1928 las Murallas de Almeida fueron declaradas Monumento Nacional. Para conocer una historia detallada de la Plaza Fuerte de Almeida se puede consultar en Fortalezas.org. Y en este otro enlace bastante información visual de sus monumentos: http://estreladointerior.wixsite.com/almeida
Merece la pena una visita a Almeida, integrada en la Red de Aldeas Históricas de Portugal. El visitante puede gozar de la fortificación tardo-medieval y moderna como marco histórico-cultural, con destaque para el Cuartel de las Escuadras, los cimientos del antiguo castillo, la Pousada, la Casa da Roda y el edificio de los Paços do Concelho, antiguo cuartel de la artillería. En el plano cultural, cuenta con el Museo Histórico-Militar de Almeida (baluarte de San Juan de Dios) y el Centro de Estudios de Arquitectura Militar (revellin de San Antonio).
Interior iluminado de las puertas