El «Castelo de Linhares» se encuentra en la freguesía de Linhares da Beira, dentro del municipio de Celorico da Beira. Es una construcción imponente sobre un cabezo rocoso al noroeste de la Sierra de la Estrella, integrada en la línea de fortalezas de la región de la Beira.
Su ocupación parece antigua. Se especula que los túrdulos pudieron construir una primitiva fortificación. También con la ocupación romana y visigoda, sin suficiente confirmación. Sí parece más clara la ocupación musulmana y la existencia de una fortificación.
Junto a Trancoso y Celorico, las invasiones cristianas incorporan Linhares con Afonso I que en 1169 concede foral a la villa con ánimo de su repoblación y defensa. En todo caso el castillo con Sancho I interviene en los conflictos con Alfonso IX de León y Castilla. Poco se conoce de la primitiva configuración del castillo en esa época. Parece acreditado que presentaba planta románica, con torre del homenaje aislada en el interior de la plaza de armas y cerca envolvente adaptada al terreno
Bajo el reinado de D. Dinis, dentro de su extensa campaña de fortificación de las poblaciones del reino, se realizaron grandes obras en el Castelo de Linhares. Este soberano donó los dominios de la villa y su castillo a su hijo natural, Fernão Sanches, que hizo erigir un palacio junto a la Iglesia de Santa María, que sería destruido a finales del siglo XIV.
Jugó un cierto papel en las guerras Fernandinas (1372-1373) y en la guerra de sucesión de 1383-1385. Pero luego ya no se tiene constancia de más hecho militares; no existen noticias hasta el siglo XVII cuando fue instalado el reloj en la torre.
El castillo, ya en ruinas, fue clasificado como Monumento Nacional en 1922. Pero a partir de 1940 se han realizado numerosas obras de reparación, reconstrucción y reforzamiento, teniendo en este momento un estado bastante aceptable
En la Torre de Menaje se encuentran informaciones sobre el castillo y sobre el patrimonio de Linhares, que forma parte de la red de Aldeas Históricas de Portugal.
Descripción

Presenta planta irregular adaptada al terreno, distribuida en dos recintos amurallados en aparejo de granito situados a dos niveles. A oeste, en la parte más elevada, o de la alcazaba, con planta aproximadamente triangular, se encuentra la plaza de armas dominada por la torre del Homenaje. Al este, en cota inferior, con planta aproximadamente trapezoidal, lo que envolvía la primitiva villa.
Asociada a la cerca, entre los dos recintos, defendiendo la puerta de la alcazaba, se alza la torre del homenaje; tiene planta rectangular, dividida en tres plantas con la puerta de acceso por la segunda y balcones con matacanes en la última.
En la esquina noreste y la cara suroeste se ligan paños de muralla, que corren de norte a sur, asentados en la roca y se desplazan hacia el oeste, formando una línea poligonal que cierra un amplio espacio, donde se albergaba la población de la villa en caso de asedio. Otras dos murallas se extendieron hacia el levante, cerradas por una segunda torre, en el lado opuesto. De menores dimensiones, también de planta rectangular, en el siglo XVII en esta torre se instaló el reloj que la denomina actualmente. La Torre del Reloj conserva aún los mecanismos del antiguo reloj de péndulos.
En la alcazaba se abrían dos cisternas cuadrangulares, identificándose aún los restos de lo que se cree haber sido el palacio de los alcaides. El acceso a la misma se hace por tres puertas, dos de las cuales comunican con el exterior y la villa y la tercera, al oeste, la denominada puerta de la traición. Existe una cuarta puerta, en arco apuntado, permite la comunicación entre los dos recintos.
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