La «Plaça Forte de Elvas» se refiere al impresionante conjunto de fortificaciones abaluartadas construidas en el siglo XVII en consonancia con el papel estratégico que jugaba en la defensa de la frontera con España en el Alto Alentejo pues se encuentra en el más importante y utilizado corredor de las invasiones históricas desde España sobre Portugal hacia Lisboa.
Con la aclamación de D. João IV como rey de Portugal en 1640, en rebelión ante la dinastía filípica, comienza la guerra por la restauración de la independencia que se extendería durante 28 años. Una de las primeras medidas del nuevo rey fue crear el Consejo de Guerra, los Gobiernos de Armas de las diversas provincias y la Junta de los Tres Estados compuesta por Clero, Nobleza y Pueblo y destinada a procurar el cobro de los tributos para la guerra.
João IV se da cuenta claramente que el teatro principal de la guerra será el Alentejo, al ser la vía más rápida de llegar a Lisboa; por ello Elvas, que desde la Edad Media ya era un lugar estratégico, se convierte en pieza fundamental de toda la estrategia de guerra portuguesa. Así que se transforma de inmediato en la capital de la guerra del Alentejo y para ello habría de ser convertida en la mayor ciudad fortaleza jamás vista con nuevas fortificaciones, inmensos cuarteles y varios edificios militares: el Hospital Militar y el Convento de San Juan de Dios, el Consejo de Guerra, seis polvorines, la Cisterna, el Arsenal Real, el Fuerte de Santa Luzia y una Escuela de Fortificación creada en 1652 por D. Teodosio.
Se transforma así en la más poderosa plaza fuerte del país, y tenida como inexpugnable, se la conocía como la «Reina de la Frontera» y la «Llave del Reino». Junto con el Forte de Graça y el Forte de Santa Luzia, constituye uno de los mayores conjuntos de fortificaciones abaluartadas del mundo, con un perímetro superior a 10 kilómetros.
Es uno de los ejemplos más notables de la primera tradición holandesa de arquitectura militar, que no logran descaracterizar las rehabilitaciones posteriores. Efectivamente la fortificación corrió a cargo de João Cosmander, nombre portugués para Jan Ciermans, un erudito holandés en la arquitectura militar. Inspirado por maestros holandeses como Simon Stevin y Samuel Marolois, los primeros creadores del sistema de fortificación holandeses, Cosmander junto al teniente-general Rui Correia Lucas construyeron un sistema abaluartado moderno e implacable. Hoy en día las murallas de Elvas del siglo XVII son un ejemplo excelente de las fortificaciones del siglo XVII que en su estado de autenticidad son únicas en el mundo y están bien conservados en su totalidad.
La construcción se desarrolla entre 1641 y 1653 demoliendo para ello gran parte de la antigua cerca fernandina. Entre 1641 y 1648 se construye el Forte de Santa Luzia, que analizaremos en otra entrada sobre las fortificaciones exteriores.
La fortificación está compuesta por 7 baluartes (Santa Bárbara, Porta Vleha, Casarão, Praça de Armas, Olivença, São João de Deus y N. Sra. Conceição), 4 medios baluartes (São João da Corujeira, São Domingos, Trem y Príncipe), multitud de revellines, la obra corona (una punta de flecha defensiva ante ataques provenientes de Badajoz) e innumerables obras exteriores. El acceso a la ciudad se hacía por tres puertas (São Vicente, Olivença y Esquina).
Puertas de la Esquina
Puertas de Olivenza
Puertas de San Vicente
Una historia convulsa
Recién empezada la guerra aquí se produjeron las primeras escaramuzas, sufriendo en 1641 un primer asalto de las tropas españolas que fueron repelidas. En 1644 también resistió un cerco de un gran ejército comandado por el marqués de Torrecusa.
Entre 1658 y 1659 Elvas sufrió otro intento de conquista por parte de un gran ejército español dirigido por Luis Méndez de Haro. El socorro portugués enfrentó a los españoles en una batalla (la Batalha das Linhas de Elvas ) que resultó decisiva en el desarrollo de la guerra.
Su carácter inexpugnable se confirmó al resistir un nuevo cerdo español en 1663 bajo el mando de D. Juan José de Austria. Y decenios más tarde de nuevo Elvas resistió los asedios españoles en la guerra de Sucesión de España
Y no acabaron ahí los hechos bélicos que contempló la plaza. En 1801 un nuevo asedio al mando de Godoy fue rechazado. Curiosamente los cítricos recogidos por Godoy en las inmediaciones de la Plaza Fuerte para enviarle un ramo a la reina María Luisa, dieron nombre a la dieron nombre a la “Guerra de las Naranjas”.
Desde el punto de vista militar la reorganización de 1884 restó importancia estratégica a la plaza. Si el 1906 el Castelo medieval fue declarado Monumento Nacional, en 1948 lo fueron el conjunto de las Murallas de Elvas y obras anexas.
Finalmente, la «Cidade Fronteiriça e de Guarnição de Elvas e suas Fortificações» fue clasificada como Patrimonio Mundial por la UNESCO el 30 de junio de 2012. El conjunto corresponde a un área de 690 hectáreas, que comprende el centro histórico y sus cinturas de murallas, musulmanas, fernandinas y seiscentistas, el Acueducto de la Amoreira, el Fuerte de Santa Luzia, el Fuerte de Graça, y los fortines de São Mamede, San Pedro y Santo Domingo.
Torres, castillos y fortalezas 