A partir de 1726 tras la determinación de Ferrol como capital del Departamento marítimo del Norte y finalizados los astilleros en la Graña (que luego pasarían a Ferrol a partir de 1748) se decidió como se ha dicho la ampliación y reforzamiento de los fuertes de San Felipe y La Palma que quedaron finalizados a mediados del siglo XVIII. Y los estudios de los ingenieros militares plantearon la necesidad de reforzar la boca de la ría con una serie de baterías complementarias, que serían construidas entre 1739 y 1774.
Ya hemos hablado en otro post correspondiente al municipio de Ares de la construcción de la batería se Segaño en 1797 en la boca de la ría en su ribera sur. En su ribera norte se construyeron sucesivamente, las baterías de San Carlos, San Cristóbal, Viñas y Cabo Prioriño Chico. También se construyeron en la costa exterior las baterías de Doniños y San Jorge, de la que sólo quedan vestigios. Más al interior de la ría, en la punta de Vispón, la batería de San Julián, ya desaparecida, cuartelillo y polvorín.

Batería de San Carlos
Se edificó entre 1762 y 1770 según el diseño de Vicente Ferrer y Miguel de Hermosilla, situada en una punta estratégica cruzando fuegos con San Martín y Segaño. Su construcción es con cantería de granito, utilizándose sillares en esquinales, vanos y batería.

Tiene la configuración típica de una batería abaluartada: dispone de un frente de mar en ángulo con troneras para doce cañones y por la parte de tierra un doble hornabeque con dos semibaluartes laterales un uno central con dos cortinas. Bajo el adarve se sitúan los espacios logísticos. En cuanto al foso no es obra de fábrica sino simple desmonte que la rodea.

El estilo de esta batería-colateral representa la evolución de las baterías que la precedieron, acercándose a los prototipos que, poco después, diseñaban los teóricos de la Academia de Matemáticas del Ejército de Barcelona.
Batería de San Cristóbal
Para el control de la ensenada de Cariño en torno a 1739 se proyectaros las baterías de San Cristóbal, Cariño y Viñas. La de San Cristóbal cruzaba el tiro de sus cañones con la citada de San Carlos y la de Viñas (al oeste, hoy trasladada por las obras del Puerto Exterior de Ferrol), cubriendo el flanco de levante en los posibles desembarcos a la playa de Cariño.

Como San Carlos tiene la configuración clásica de una batería costera. Por la parte de la mar, una línea quebrada en ángulo saliente para las troneras, sus merlones y adarve. Por la parte de tierra una línea también quebrada en forma de tenaza con aspilleras de fusilería, además de su entrada, con un pequeño foso de tierra muy modificado.
Los edificios logísticos se apoyan en los muros del frente de tierra y en su polvorín, a prueba de bomba, que se encuentra en el extremo oeste

Los materiales de su obra son de cantería de granito, en forma de sillares, para los pilares que enmarcan los vanos y ciertas partes de la batería artillera y el polvorín, siendo el resto de buena mampostería.
Su construcción es obra de los ingenieros Juan de la Ferriere, Juan Vergel y Miguel Hermosilla en sus últimas adaptaciones. Su estado de conservación es de ruina progresiva.
Batería de Cariño
Realmente era una defensa costera atrincherada en forma de línea quebrada entrante hacia la playa de Cariño. Se conservan solamente los flancos de poniente y levante, de manera que se pueden apreciar las líneas defensivas en el interior y algunas troneras en el extremo exterior de ambos lados, también con ciertas amputaciones y un pequeño polvorín.
En cuanto a los materiales empleados y conservados hay que destacar la utilización de cantería de granito en sillares y mampostería.

Su construcción parece datarse entre 1739 a 1762, siendo sus autores probablemente los ingenieros supervisores Juan de la Ferriere y Juan Vergel.
Batería de Viñas
Esta fortificación se situaba al oeste de la ensenada de Cariño. Ante las obras de construcción del Puerto Exterior de Ferrol en dicha ensenada, se realizó un proyecto para su traslado y evitar su desaparición. La nueva ubicación se sitúa en cabo Prioriño Chico a unos 700 metros de su emplazamiento original. Las obras de traslado se llevaron a cabo entre 2001 y 2006.
Tiene la forma típica de una batería costera como las ya descritas, pero con ciertas particularidades.

La zona de tierra se compone con un largo muro arpillado con dos ángulos salientes que atenazan el espacio del pequeño foso contiguo; siendo el de poniente el más antiguo y grande. En esta zona se instalaron los edificios logísticos, recuperados tan sólo sus muros. En cota más baja está la batería propiamente dicha, que tiene una forma circular y que se prolonga hacia el este con un tramo casi rectilíneo. Allí se encuentra el polvorín, con una pequeña nave de medio cañón, “a prueba de bomba” y apoyado en el parapeto de la batería.
Existe también un horno de “bala roja” para la artillería que está emplazado cerca del adarve, en el lado oeste; en él se calentaba la munición de los cañones para que cuando se lanzaban a las embarcaciones enemigas, además del impacto, se consiguiese también el incendio del navío

En cuanto a la época de construcción se ha fijado en 1739, con ampliaciones posteriores en 1747, 1755 y 1762; siendo sus directores de obras los citados Juan de la Ferriere, Juan Vergel y Miguel Hermosilla.
Los materiales empleados son el granito en mampostería para los muros y parapetos, con esquinales de las troneras y base del adarve más cuidados, y sillería en los vanos y polvorín. En la reconstrucción se han empleado también capas de hormigón para dar mayor resistencia a la estructura.
Batería del cabo Prioriño Chico
Sólo quedan los restos de lo que fue esta batería debido a la construcción de un faro en su lugar en 1854. Fue una obra de 1799, en la que se empleó granito.

Disponía de dos baterías a diferente altura. La diferencia de cota entre las dos baterías frente al mar, alta y baja, se salvaba con una rampa que implicó un gran trabajo sobre la roca. Se conservan parte de las troneras de la batería baja, que dan fe la importancia que tenía este emplazamiento artillero en la zona más abierta al océano. La batería llegó a contar con 6 obuses y dos morteros además de seis cañones que alcanzaban la costa de enfrente en donde también se encontraba la batería de Punta Segaño.

Batería de Doniños
Esta batería artillera, también conocida como del Carmen, está situada en una colina que domina el arenal de la playa de Doniños y el lago contiguo. Fue construida en 1770 con planos de Blas Gil Bernabé y Miguel Hermosilla, empleándose cantería de granito en zona artillera con vestigios de material y ladrillo en la defensa de tierra.

A pesar de su estado ruinoso es interesante por su situación estratégica para la defensa de la playa con el objetivo de impedir desembarcos de tropas que permitieran atacar Ferrol por tierra.
Tiene una configuración clásica de batería costera abaluartada con parapeto semicircular a la mar, albergando 12 cañones y 32 hombres. Se conserva la escarpa hasta el cordón magistral y algunos merlones. Por la parte de tierra tenía forma de pequeño hornabeque y no se conserva prácticamente nada.
Al norte de la playa, se levantó en su día la batería de San Jorge de la que hoy sólo restan vestigios que permiten adivinar su planta
Cuartelillo y polvorín de Vispón
Estas construcciones que se encuentran en el extremo Nordeste de la boca de la ría son realmente el complejo de aprovisionamiento de pólvora a los castillos y baterías. En la misma zona existió la batería de San Julián, hoy desaparecida.

El polvorín es una construcción de planta rectangular que tiene un muro exterior de protección con garitas y puerta adintelada. En el interior destaca su doble tabique con puertas y una disposición de muros con contrafuertes en los laterales más largos; todo ello con un remate en cornisa tallada.
Esta obra se corresponde con la tipología clásica del almacén de pólvora en zonas protegidas según las directrices de la Academia de Matemáticas del Ejército.
Su autor es Juan Vergel, que trazó sus planos y lo construyó en 1737. El material empleado es de cantería de granito, con la utilización de mampostería enlucida de cal y arena en los muros y sillares, bien tallados en los vanos, esquinales, columnas, cornisa y garitas.
Por su parte, el cuartelillo es una construcción de planta rectangular que aporta dos espacios bien definidos para la tropa y los mandos, que custodiaban el polvorín. Se estima su construcción en los mismos años del polvorín (1737) y probablemente también por Juan Vergel.
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