Como ya hemos venido indicando el Castillo de La Palma formaba parte del proyecto defensivo de la Ría de Ferrol que se diseñó a finales del siglo XVI configurando un triángulo defensivo (“Triangulo de fogo”) con los de San Felipe al otro lado de la ría y el de San Martín en su misma orilla.
Fue construido en la Punta da Redonda donde la ría de Ferrol se estrecha formando un angosto paso de menos de 600 metros de anchura. La construcción de planifica en 1596 pero la construcción a cargo de Pedro Rodríguez Muñiz se finalizó rápidamente pues ya estaban listos tanto La Palma como San Felipe para septiembre de 1597

Aquel primer castillo, conocido originalmente como Castillo de Nuestra Señora de La Palma, tiene poco que ver con la edificación actual que corresponde a la última reconstrucción realizada a finales del siglo XIX. La rapidez con que se construyó no hizo posible una obra de calidad y resistencia adecuada. Se utilizaron materiales pobres y el resultado final fueron obras débiles, quebradizas y propensas al desgaste. Más que un castillo era una batería baja y descubierta con forma de cuadrilátero irregular. La planta formaba un cuadrilátero irregular, con dos frentes abaluartados dispuestos hacia tierra y tres baterías con merlones que se abrían hacia el mar. El interior se articulaba en tres niveles situados a distinta altura, comunicados por rampas.
Pese a sus deficiencias, ya tuvo un papel destacado en la defensa ante el ataque de la escuadra inglesa del conde de Essex en el mismo año de su terminación, en 1597
A comienzos del siglo XVIII comenzó su transformación hacia un gran baluarte defensivo y estratégico para la defensa de la ría tras la importancia que cobra Ferrol cuando pasa a ser declarada en 1726 capital del Departamento Marítimo del Norte. En este periodo se realizan varios proyectos entre los años 1729 y 1732, de Montaigú y La Ferrière, que no modifican el perímetro primitivo, pero si se construyen en el lado de tierra dos baterías exteriores en la forma atenazada característica de los nuevos diseños del siglo XVIII. En cuanto al interior del recinto antiguo se construyen nuevas edificaciones entre ellas el polvorín.
Mas tarde a finales del siglo XVIII entre 1775 y 1792 se realizan nuevos proyectos de ampliación y reforma. Sería este fuerte junto a los otros dos del triángulo de fuego, el que tuviera que afrontar primero el ataque inglés en 1800 y luego el francés en 1809
Pero la gran transformación es la acaecida a finales del siglo XIX en la que el castillo es desmontado casi por completo, levantándose uno nuevo, que en lo esencial es el monumental edifico que hoy contemplamos.
El proyecto es de Enrique Montenegro (1861) quien amplía el castillo hacia el mar ganándole terreno al mismo y da otras formas a los terraplenes formando una figura poligonal que le permite repartir el fuego y batir toda la ría.

Su planta está ahora configurada según describe Carolina Martínez:
– Frente de Mar: que se compone de primera y segunda línea entre las que se dispone un fosete interior. La segunda línea se corresponde ahora con el anterior frente de mar del castillo primitivo, lo que muestra la cantidad de terreno que le ha ganado la edificación al mar.
– Frente de Tierra: formado por dos baluartes en los extremos y una cortina entre ambos con una planta en ángulo.
– Galería aspillerada: en el lado sur, con las estancias escalonadas, siguiendo la pendiente del terreno.

Perdido su valor como elemento defensivo tras los cambios en los sistemas artilleros del siglo XX, su último uso antes de su abandono fue el de cárcel para jefes militares y oficiales del ejército. En 1981 acogió como preso a Antonio Tejero Molina, autor del intento del golpe de estado de España del 23 de febrero de 1981.
A comienzos del siglo XXI fue comprado por un Fondo Inversor que ha proyectado convertirlo en un hotel. La verdad es que no sé cómo está ese proyecto, en cambio sí parece que se puede visitar los fines de semana (Oficina Información Turística Mugardos: 630 885 761 oit.mugardos@gmail.com).
Si lo os interesa profundizar en la historia y su construcción y su descripción, podéis consultar estos dos completos estudios: Rebeca Blanco Rotea “El castillo de La Palma (Mugardos, A Coruña). Un enclave defensivo en la Ría de Ferrol”, o Carolina Martínez Vila “Evolución y transformación del castillo de la Palma en la Ría de Ferrol: Reposición Gráfica y Volumétrica”.