Fortificación de la Ría de Ferrol 2. Castelo de San Felipe

Desde 1520 Ferrol ya funcionaba como una proto-base naval para apoyar a las escuadras de la Corona en sus campañas marítimas de la Europa Atlántica. Como hemos dicho en la entrada anterior, la creciente importancia de Ferrol y su ría para las estrategias atlánticas del Rey Felipe II, incrementó la necesidad de la fortificación de la ría para proteger Ferrol de las armadas que quisieran asaltarla

En 1580 los ingenieros del Rey plantearon esta fortificación en tres puntas geográficas que dominarían la estrecha boca de la ría, las que hoy conocemos como la del Castillo San Felipe, la de Nª Señora de la Palma y San Martín, para formar un triángulo defensivo bastante eficaz.

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El triángulo defensivo formado por San Felipe, La Palma y San Martín

En 1589, coincidiendo con la invernada de la escuadra de Alonso de Bazán en Ferrol, comenzaba a construirse bajo la dirección del alférez Pedro Rodríguez Muñiz el primer Castillo con el nombre de San Felipe por la onomástica del Rey.

Este primer fuerte de San Felipe no pasó de tener una forma muy sencilla y era de mala construcción, pero su localización era estratégica, ya que cerraba la boca de la ría con los otros dos fuertes citados, el de la Palma y San Martín. Una cadena con maderas sobre la mar se podía extender entre San Felipe y San Martin para atrancar la canal de entrada.

Vista del Castillo desde poniente

Tanto es así que entre los tres lograron impedir la entrada en la ría de las escuadras inglesas del Conde de Essex en 1597, que intentaron un “golpe de mano” tras el éxito de su asalto a Cádiz el año anterior.

En 1639, pese a sus deficiencias, las fortificaciones de la boca de la Ría dieron nuevamente una muestra de su valor estratégico disuadiendo del ataque a la fuerza expedicionaria francesa del almirante Henri D´Escobleau de Sourdis.

La gran reforma del Fuerte de San Felipe se produjo en el siglo XVIII durante el reinado de Felipe V, cuando el ministro José Patiño decidió convertir a Ferrol en capital de uno de los tres Departamentos Marítimos del litoral español, lo que implicó la renovación y remodelación de todas las defensas de la Ría

Vista desde levante

En 1731 comenzaron las obras de ampliación de San Felipe bajo el proyecto realizado por el ingeniero Juan de la Ferriere. En su proyecto se añadían dos baluartes al antiguo castillo del siglo XVI. Hacia la zona de tierra se levantó un gran hornabeque sencillo (dos semibaluartes flanqueando una cortina) con su gran revellín y glacis, con el objetivo de defensa hacia la montaña dominante. Se construyó también una gran batería artillera a “flor de agua” que se articulaba con una caponera al foso cubierto para unirla al hornabeque. También se añadió una batería alta sobre la misma.

Es preciso destacar que simultáneamente a las obras el castillo se estaba artillando y continuaba operativo, lo que provocó numerosos problemas de logística. De todas formas, al iniciarse la década de los años cuarenta ya terminadas la mayoría de las obras principales, bajo la dirección del ingeniero Juan Vergel. Para 1752 el castillo estaba prácticamente terminado bajo la dirección del ingeniero Francisco Llobet.

Plano del Castillo de Juan Bautista Meric. 1792

La capacidad de San Felipe fue puesta a prueba en el rechazo al «golpe de mano» inglés dirigido por el general William Pultney en agosto de 1800. Los ingleses optaron por no forzar la boca de la ría que se entendía inexpugnable y desembarcaron en la playa de Doniños con un cuerpo expedicionario de 15.000 hombres con el objetivo de arrasar el Arsenal de Ferrol. Realizaron su ataque por el norte, bajando por los altos de Brión para llegar al castillo de San Felipe, donde fueron rechazados con el apoyo del castillo de la Palma y los buques fondeados en esta zona. La batalla terminó con la retirada del ejército inglés.

Durante el siglo XIX se realizaron también numerosas obras de reforma en el castillo para adaptarlo a la nueva artillería y al blindaje de los barcos, pero sin grandes alteraciones de su estructura. Entre las visualmente más destacables estaba el levantamiento de una torre de observación y dirección artillera en el ángulo sur.

En la primera década del siglo XX el castillo de San Felipe perdía definitivamente su papel defensivo, después de que se instalasen las baterías de mayor alcance y precisión en Montefaro desde 1886 y otras en Segaño y Sudova, Piori, etc… al principio del siglo XX. Se utilizaron entonces las dependencias del castillo como prisión militar. Durante la Guerra Civil se transformó en un campo de concentración franquista por el que pasaron miles de prisioneros políticos. Muchos de ellos acabaron sus días allí, ejecutados en el foso de la fortaleza.

Posteriormente fue prisión para soldados, mientras el castillo de La Palma quedó para oficiales. A finales de los años setenta del siglo pasado ya prácticamente no tuvo cometido militar alguno. En el año 2000 fue enajenado del Ministerio de Defensa pasando a ser propiedad del Ayuntamiento del Ferrol. Tras sufrir una profunda restauración, hoy es un lugar imprescindible de visitar. Además, las visitas son gratuitas.

Descripción

En la visita podremos distinguir cuatro zonas diferentes, según el siguiente esquema.

Esquema para la visita del Castillo (https://irenefernandez.es/castillo-de-san-felipe/)
  • Baterías artilleras del frente de mar.

– Batería del castillo antiguo.

– Batería baja.

– Batería alta.

Torre de Dirección de tiro en la batería baja
Plataforma Batería Alta
  • Frente defensivo de tierra.

– Hornabeque.

– Caponeras.

Hornabeque
  • Obras exteriores.

– Foso.

– Camino cubierto.

– Revellín.

– Glacis y traída de aguas.

  • Instalaciones interiores de apoyo logístico.

– Plaza del hornabeque.

– Casa del gobernador y jefes.

– Pabellón de oficiales.

– Puerta de acceso.

– Almacén de pertrechos de artillería

Esquema y perspectiva del castillo con las principales zonas señaladas

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