Para nuestro recorrido por el distrito de Viana de Castelo vamos a empezar por las sierras más orientales, que conforman el impresionante parque nacional de Peneda -Gerês. Vamos a seguir luego aguas abajo el río Lima. Un río que en Galicia se llama Limia y que justo cuando empieza a hablar portugués se encuentra con la medieval aldea de Lindoso.

Se trata de una pequeña aldea, freguesía del municipio Ponte da Barca, construida entre peñascos por cuyas calles discurren arroyuelos que bajan de la sierra para unirse al Lima. Es el momento de dejar el coche cerca del castillo y recorrer sus pequeñas calles a pie. Subiremos un poco para poder contemplar un impactante panorama dominado por el «Castelo de Lindoso» con las aguas del pantano de su nombre de fondo.
Antes de dar una vuelta por el Castillo, que acoge un Núcleo Museológico en el que podemos visitar una estupenda colección de armas (ay los pacifistas como yo!) y una muestra arqueológica de piezas encontradas en las excavaciones realizadas en la zona, hay que dar un paseo entre la mayor concentración de hórreos (que en portugués se llaman evocadoramente “espigueiros”) de piedra de Portugal. Bueno, un poco más abajo siguiendo el río, pero en su margen derecho, también podemos contemplar en la aldea de Soajo, otro conjunto de “espigueiros” algo menor pero también de interés.
Obsérvese su elevación sobre columnas de piedra y soportes para aislar el grano del suelo, evitar la humedad e impedir que los ratones hagan estragos en la cosecha. Este conjunto de 64 «espigueiros» se sitúa armónicamente en torno a una única era de grandes losas de granito, lo que da idea de la importancia del trabajo colectivo propio de las zonas marginales de alta montaña. Fueron construidos a los largo de los siglos XVIII, XIX y XX, aunque adquirieron mayor desarrollo durante la llegada de la llamada «cultura del maíz» y que supuso la desaparición de los primitivos canastros de almacenaje.
En la fortificación vamos a ver dos estructuras claramente diferenciadas. Por un lado, el castillo medieval del siglo XIII. Y, por otro lado, rodeándolo, un fuerte abaluartado construido en 1662 cuando estuvo ocupado por fuerzas españolas.
El castillo
El Castillo de Lindoso es uno de los más importantes monumentos militares portugueses, ubicado en una posición estratégica dominando el río Lima, defendiendo la frontera con España en los macizos de Peneda-Gerés. Su importancia también se encuentra en las innovaciones constructivas que luego tuvieron bastante influencia en la arquitectura militar medieval portuguesa.
Aunque la primera mención al lugar de Lindoso data del siglo IX cuando es citado en un documento que establece los límites de la diócesis de Braga, no hay constancia de la construcción del castillo hasta 1258. En efecto en esa fecha aparece citado el castillo por primera vez en la Encuesta (“Inquirições”) ordenada por Afonso III. Parece pues clara la iniciativa de este monarca en la construcción del castillo de nueva planta en el que hizo colocar su escudo sobra la puerta principal del mismo.
El castillo que ha llegado a nuestros días es básicamente aquel construido en el siglo XIII. Como se decía arriba, en Lindoso se introdujeron por primera vez en la arquitectura militar portuguesa innovaciones que marcaron luego la construcción defensiva de las décadas siguientes. Aunque el castillo se encuentra todavía muy ligado a la tradición románica, en particular por no incorporar torres en los paños de muralla, es una fortificación de transición que incorpora soluciones ya claramente góticas. Por ejemplo, que la torre del homenaje se eleve no en el centro como era habitual hasta ese momento, sino adosada a las murallas, defendiendo uno de los paños, en este caso el del lado opuesto a la puerta principal. O la utilización de matacanes sobre ménsulas salientes ubicadas preferentemente en las esquinas. O un trazado pequeño y regular no necesariamente adaptado simplemente a la orografía, como era el caso de la tradición románica. También el que se redondeen las esquinas de las murallas para evitar los ángulos «muertos» y permitir la visibilidad de las zonas circundantes. La torre del homenaje, por su parte, es todavía rudimentaria, de apenas dos pisos y de sección cuadrangular bastante amplia, que le da un aspecto algo achaparrado, pero, novedosamente, con acceso superior directamente desde el adarve, a la manera gótica
El fuerte abaluartado
Pocas modificaciones se introdujeron en el castillo desde el siglo XIII hasta el siglo XVI. En el siglo XVII, durante la Guerra de Restauración de la Independencia (1640-1668), esta parte de la región del Alto Minho fue particularmente importante en las incursiones de uno y otro lado de la frontera.
En este marco, en 1641 el castillo es restaurado por órdenes de Baltazar Sousa de Menezes. En 1662 el castillo de Lindoso es tomado por las tropas españolas bajo el mando del general Baltasar Pantojan tras lo cual, y a fin de establecer en él una base estable para controlar esa zona fronteriza, emprendió las obras exteriores que lo convirtieron en un fuerte abaluartado bajo la dirección del ingeniero militar italiano Gaspar Squarciáfico.
En 1664, las tropas portuguesas al mando del capitán Caros Malheiro Pereira recuperaron la fortaleza. Las obras del fuerte continuaron, quedando concluidas dos años más tarde (en 1666, fecha que quedó grabada en el dintel de la puerta), dándole el aspecto que podemos contemplar hoy. En todo caso parece que las obras continuaron, ya que no fue hasta 1720 cuando se concluyó el principal revellín, que protegía la entrada principal
En la adaptación del perímetro defensivo del castillo a los tiros de la artillería se optó por una opción novedosa en el distrito: construir un fuerte con planta en forma de estrella irregular envolviendo completamente el castillo

Se construyeron cinco baluartes -dos al norte, dos al sur y uno al este- que permitían fuego cruzado y eliminaban los ángulos muertos. Los baluartes están unidos por cortinas de trazado recto, con escarpa exterior baja, en talud, sin cordón y rematadas por un parapeto liso.

También se prolongaron algunos tramos de la muralla medieval con objeto de cortar el paso a posibles tropas enemigas en caso de superar las cortinas. Asimismo, al no poder excavar un foso debido a la conformación rocosa del suelo, se optó por levantar unos terraplenes sustentados con un muro de piedra que, a su vez, actuaba como contraescarpa del mismo.
El castillo fue clasificado como monumento nacional desde 1910 y hoy alberga, como se ha dicho arriba un Núcleo Museológico.
Puedes acceder a un vídeo que muestra con detalle el Castelo de Lindoso desde el aire aquí