Fortaleza de Outeiro

El Monte donde se ubica la llamada «Fortaleza de Outeiro», cuya cima se eleva a unos 800 metros de altitud, es un punto estratégico de innegable importancia en el paisaje del Nordeste transmontano. A medio camino entre Braganza y Vimioso, desde él se avistan las tierras de Miranda y de Zamora, circunstancia que favoreció la implantación del castillo medieval.

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Dibujo del castillo de Outeiro por Duarte D’Armas en 1509

En la actualidad, los restos que quedan en pie de la estructura defensiva son tan sólo una pálida imagen de lo que el castillo fue en otro tiempo. No obstante, la historia de la localidad es una prueba de ese pasado importante, cuyos orígenes, se remontan al período romano cuando existió en el lugar una hacienda de carácter agrícola.

El castillo, de que quedan sólo vestigios, es una construcción de la Baja Edad Media, con gran probabilidad del reinado de D. Dinis. En 1287, Santa María de Outeiro es referida en los documentos como una parroquia y una década después se menciona la población como Outeiro de Miranda. La fortaleza debe ser contemporánea de estas fechas, lo que viene reforzado por la planta ovalada irregular de su perímetro amurallado, tan característico de las villas nuevas proto-urbanas de Trás-os-Montes y del Alto Duero, en los siglos XIII y XIV.

Outeiro-2Sobre la estructura interna, se desconoce casi todo. Y lo que aún queda, entre arbustos y alta hierba, carece de una intervención arqueológica de fondo, que proporcione indicadores cronológicos seguros acerca de las fases de ocupación y de destrucción del conjunto.

El gran desconocimiento que hoy se tiene sobre de este castillo no implica, sin embargo, una devaluación acerca de su papel en la historia. En 1369, en el contexto de las guerras peninsulares que contribuyeron al cambio dinástico tras la muerte de D. Fernando, la fortaleza fue tomada por tropas castellanas pasando, a partir de entonces, a la soberanía de Castilla. Décadas después, en el invierno de 1386, fue asaltada por D. João I, que la devastó. Este mismo monarca, pacificado el territorio y pretendiendo desarrollar el depauperado reino, patrocinó la reconstrucción de sus murallas y concedió privilegios a todos los que edificaran casas en el interior del castillo. En 1418, se desarrollaban obras de ampliación del perímetro amurallado, lo que indica que el programa de D. João I había sido bien acogido. A lo largo de todo el siglo XV, se registra la cesión de privilegios regios (D. Afonso V y D. João II), síntoma claro de la importancia del castillo en el contexto regional nordestino.

Outeiro-3En el reinado de D. Manuel, Outeiro es una villa en su apogeo. Duarte de Armas, en 1509, describe una torre de menaje rectangular, aparentemente adosada a una de las puertas, una extensa barbacana en forma de «D», y diversos elementos defensivos, como los cadahalsos, los balcones con matacanes, y las troneras, que protegían las puertas, insertadas en las propias torres.

Paradójicamente, es también con D. Manuel cuando el castillo inicia su lenta decadencia. El foral de 1514 es un documento importantísimo en este contexto, ya que es a partir de este diploma que se verifica la transferencia de la población hacia el valle, abandonando las zonas altas de más difícil acceso.

Outeiro-4La historia de la fortaleza durante la Edad Moderna es la de una lenta e inexorable decadencia. En el siglo XVII, tras ser asolada por fuerzas españolas en la Guerra de la Restauración, se produjo el completo abandono del castillo y hasta la decadencia de la villa, cuyo municipio fue extinto en 1853 para ser integrado como freguesía de Bragança.

Outeiro nunca se incluyó en las rutas de redescubrimiento de la Edad Media que se desarrollaron durante el Romanticismo, ni tampoco figuró como monumento militar importante para llegar a ser restaurado por la ola reconstructora del Estado Novo. Pese a ser clasificado en 1955 como Inmueble de Interés Público, sólo una pequeña campaña de consolidación de las ruinas tuvo lugar en 1993, pero desde entonces permanece abandonado a la acción de los elementos.

Descripción de los restos

Presenta planta ovalada irregular adaptada al terreno, con muralla en piedra de granito, abundante en la región. Una de las caras es rectilínea.

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Dibujo de la planta del Castillo de Outeiro por Duarte D’Armas en 1509

En su interior se identifica la ruina de una construcción rectilínea, con vano dintelado, donde se erigió un marco geodésico.

El acceso se efectuaba por una puerta en arco pleno, de la cual son visibles sus vestigios.

En el lado sur, se identifican los restos de un baluarte.

A principios del siglo XVI el castillo contaba con una torre al norte, de planta cuadrada, con 4,18 metros de lado (paredes de 1,32 metros de espesor), elevándose a veinte metros de altura.

La torre del homenaje, de planta rectangular, con 4,4 metros por 3,85 metros (paredes de 1,6 metros de espesor), se elevaba a 17,6 metros de altura.

La cisterna subterránea, destinada a recoger las aguas pluviales, hoy cegada, tendría 3,5 metros de profundidad.

Outeiro-5El baluarte del sur defendía la entrada del castillo. Sus muros, con 6,6 metros de altura y 2,2 metros de espesor, eran rasgados por cuatro siete escarabajos y una poción en arco (puerta falsa), y encallados por almenas.

Además existía una amplia cerca de la villa ovalada que tenía un el espesor de 1,1 metros, de la que apenas quedan vestigios.

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