El «Castelo de Rebordãos» es un pequeño castillo roquero, situado sobre un peñasco a 970m sobre el nivel del mar, desde el que se divisa una amplia y deslumbrante panorámica. De hecho, desde el castillo se divisan las fortalezas de Bragança, Vimioso, Outeiro, Penas Róias, Miranda y las tierras más allá del Duero, hacia Zamora.
La aldea que le da nombre debería constituir un núcleo de cierta importancia en el momento de la independencia de Portugal, ya que, en el reinado de Sacho I, en su esfuerzo por reforzar la autoridad regia en el nordeste trasmontano, recibió carta foral. Y sería en esa época -en el tránsito del siglo XII al siglo XIII- cuando se inicia la construcción de la fortificación, precisamente por su excelente ubicación.
La fortaleza no sigue, todavía, la tendencia oval de los castillos góticos de Trás-os-Montes y del Alto Duero (característica de las reformas militar y administrativa del reinado de D. Dinis en la región), limitándose a acompañar las condicionantes del terreno con planta aproximadamente rectangular.
A pesar del estado de ruina de la estructura que imposibilita una correcta lectura de los restos, el sistema defensivo interior parece ser muy rudimentario, desprovisto, incluso, de torre del homenaje, pero la verdad es que no existe información suficiente acerca de su proyecto fundacional.
La importancia medieval de Rebordãos no se mantuvo en los siglos siguientes. El carácter complementario y de vigilancia de su fortificación ciertamente se diluyó a lo largo de los tiempos y la pérdida de función militar acarreó la decadencia de la propia comunidad. La aldea se trasladó unos dos kilómetros hacia el suroeste, una zona más dinámica propicia a la fijación humana. En el siglo XVI, el viejo castillo roquero del reinado de D. Sancho I estaba ya abandonado.
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