A “Praça-Forte de Peniche” es un importante conjunto defensivo cuyos elementos fundamentales son el “Frente Abaluartado” con foso y la “Ciudadela de la Plaza” o “Fortaleza de São Francisco”.
Historia
Hasta la Edad Media, la isla de Peniche se erguía a unos ochocientos pasos del continente, junto a la desembocadura del río Santo Domingo.
A partir de mediados del siglo XV, por acción de las corrientes marítimas y de los vientos, se registró la colmatación del canal entre la isla de Peniche y el continente formando progresivamente las arenas un cordón de dunas que los unió e hizo desaparecer el hasta aquel momento importante puerto de Atouguia, que fue sucedido por el de Peniche a partir de 1438 en las funciones de puerto pesquero y punto de acceso privilegiado a localidades del centro del país, como Leiria, Óbidos, Santarém, Torres Vedras e Lisboa.

Con la importancia del nuevo puerto, aunque João III manifestó interés en edificar una fortificación en Peniche ya en la primera mitad del siglo XVI, el proyecto de construcción de un baluarte -el Fortim de Redondo- sólo avanzó en 1557, bajo la responsabilidad de D. Luís de Ataíde, conde de Atouguia, que estaría terminado en 1558 con planta atribuida a Diogo Teles con evidente influencia de los fuertes de Enrique VIII en el sur de Inglaterra, sobre todo el “Falmouth Fort” (1539).
Las obras serían interrumpidas con la partida de D. Luís de Ataíde a la India, donde desempeñó el cargo de virrey entre 1567 y 1572, y se sabe que hasta la época de la Unión Ibérica la obra de la fortificación de Peniche no había avanzado mucho. En 1589 el arquitecto de la Corona Filippo Terzi se desplazó a Peniche para dirigir la continuidad de la construcción de la fortaleza, aunque este proyecto del arquitecto real no tuvo continuidad.
De hecho, la fortaleza sólo se completó a mediados del siglo XVII, en el período de la Restauración, cuando la corona portuguesa llevó a cabo una importante revisión del sistema defensivo de la costa.
Garitas de Baluartes de Gamboa (izq) y de Santo Antonio
Para 1645 la Ciudadela estaba concluida con proyectos de obras bajo el ingeniero militar francés Nicolás de Langres, y más tarde el portugués Joao Correia Tomaz. Por su parte, la conclusión de las obras del frente abaluartado desde la Ribeira a Camboa (o Gamboa) tuvo lugar en 1671, lo que es corroborado por la inscripción existente en el Fortim de Redondo.
El terremoto de 1755 arruinó parte de la cortina del Morraçal de Peniche de Baixo (conocida como Derribada o Quebrado pues en 1796 se redujo la tierra) y del medio baluarte de Camboa. El Ayuntamiento mandó reparar la cortina financiándola mediante el aumento de los impuestos.
Baluarte da Vela de la Fortaleza
Para 1777 un informe del gobernador de la plaza, Veríssimo Ferreira de Matos Souto, daba cuenta del estado de ruina que amenazaba a buena parte de las fortificaciones. En 1880 se construyeron nuevas baterías para impedir el desembarco en las ensenadas.
Pese al esfuerzo de fortificación, la defensa de la Plaza se demostró ineficaz en el transcurso de la Guerra Peninsular, tomada por las tropas napoleónicas sin demasiada dificultad. Nuevas refuerzos y construcciones de fortificación fueron realizados durante la Guerra civil portuguesa de 1828 a 1834.
Cortina del Mar de la Fortaleza
En 1837 una explosión en el polvorín de la fortaleza condujo a un violento incendio que destruyó completamente el Palacio del Gobernador, que no volvió a ser recuperado. No obstante, a lo largo del siglo XIX se efectuaron obras de conservación en diversos momentos. Pero para 1897 dejó de tener uso militar.
Plaza militar de vital importancia estratégica hasta 1897, refugio de refugiados Boers provenientes de Sudáfrica a principios del s. XX, residencia de prisioneros de Alemania y Austria durante la Segunda Guerra Mundial, terrible prisión política de máxima seguridad de la Dictadura entre 1934 y 1974, alojamiento temporal de familias portuguesas llegadas de las antiguas colonias de ultramar en 1974, sede del Museo Municipal y memorial de los presos políticos desde 1984, la Fortaleza de Peniche tiene especial relevancia como importante documento de una diacronía histórica de índole local y nacional.
Es célebre la fuga del dirigente comunista António Dias Lourenço en 1954. El prisionero, que quince días antes había provocado un incidente para que se le encerrara en Baluarte Redondo, entonces zona de aislamiento conocida como «El Secreto», logró evadirse por una abertura de 20 x 40 centímetros que aserró en el cojín de madera de la puerta de la celda, bajando a continuación 20 metros de muralla hasta el mar con una cuerda hecha con sábanas rasgadas en tiras. La improvisada cuerda se rompió, haciéndole caer al mar. Fue arrastrado por el reflujo de las olas. Con mucho esfuerzo, agotado, logró sin embargo alcanzar tierra y consiguió escapar escondido, con la connivencia de pescadores, en una camioneta de transporte de

También fue muy renombrada la famosa “Fuga de Peniche”, protagonizada por Alvaro Cunhal y otros comunistas encarcelados, gracias a la connivencia de un miembro de la Guardia Nacional Republicana (GNR) que inmovilizó con cloroformo de su colega responsable de la vigilancia de los prisioneros. El guardia en cuestión condujo a los fugitivos, uno a uno, agachados debajo de su capote, hasta un tramo más oscuro de la muralla, de donde descendieron hacia el exterior también con el auxilio de una cuerda hecha de sábanas.
La Fortaleza de Peniche está clasificada como Monumento Nacional desde 1938.
Descripción del conjunto fortificado
El conjunto fortificado se caracteriza por la capacidad de optimización de las peculiaridades orográficas de Peniche. Las diversas construcciones militares abaluartadas erguidas alrededor de esta península, la convierten en una plaza inexpugnable: al sur la Fortaleza de São Francisco o Cidadela implantada sobre un poderosa escarpa rocosa; al oeste se encontraban el Fortim de Santo Antonio, la Batería do Porto da Areia, la Bateria do Carreiro do Cabo y el Fortim de Nossa Senhora da Vitória, todos ellos ya desaparecidos; al norte el Forte da Luz (del que restan apenas unas ruinas) y la Bateria do Quebrado (derruida); al este el Forte das Cabanas y el Frente Urbano abaluartado.

Por el derredor, estas estructuras defensivas se articulaban con el Forte de São João Baptista da Berlenga (a NO), el Forte da Praia da da Consolação (a S) y el Fortim do Baleal (a N) del que apenas restan vestigios, formando un conjunto inexpugnable
Frente urbano abaluartado
El perímetro amurallado cubre un área de cerca de dos hectáreas, constituido por una larga cortina dotada de foso acuático, que articula un fuerte, cuatro medios baluartes y un baluarte, todos terraplanados. En la muralla se abrían cuatro puertas, la de las Cabanas, la Nova, la de la Ponta y la Peniche de Cima En el sentido O. / E. se identifican las siguientes obras: el Forte das Cabanas, el medio baluarte de la Misericordia, el baluarte de la Ponte, el medio baluarte de la Calçada, el medio baluarte de São Vicente y el medio baluarte de Camboa o Gamboa.
Frente abaluartado: baluartes de Gamboa y da Ponte
Forte das Cabanas
El Forte das Cabanas tenía como objetivo la defensa del puerto de la villa y del acceso al Foso del Frente Abaluartado. Presenta una configuración irregular, equipado con cañones y merlones actualmente bastante deteriorados. Tras la pérdida de su función militar, se adicionaron varias edificaciones en los siglos XIX y XX, que lo han dejado muy desvirtuado.


Forte Nossa Senhora da Luz
A norte en Peniche Cima dominaba el Forte da Luz. Su ubicación estratégica, junto a su capacidad de fuego, constituía un fuerte obstáculo a cualquier intento de desembarco en el arenal norte de la península de Peniche. Se encuentra en avanzado estado de degradación por la erosión del acantilado arcilloso donde está implantado


Fortaleza ou Cidadela de Peniche
Tiene planta poligonal compleja con un baluarte y tres medios baluartes volcados a la tierra y un medio baluarte y un fortim redondo volcados al mar. En los vértices de los baluartes dispone de garitas de sección pentagonal cupuladas
El frente terrestre es circundado por foso (originalmente acuático) y por la contraescarpa del foso, que acompaña la forma poligonal, interrumpida al NE por un revellín que defiende la puerta de entrada de la Fortaleza, ubicada entre el baluarte del Cavaleiro al norte y el medio baluarte de Santo Antonio, al Este dominando el puerto.
Del lado del mar dispone de cortinas hacia el acantilado con parapeto y merlones donde se disponía la artillería. También están las letrinas y la puerta falsa del mar.
Son destacables los siguientes elementos singulares:
La PORTA DO REVELIM, en arco de vuelta perfecta con frontón triangular que data de 1856, siendo la restante estructura la original.
La PORTA DA FORTALEZA, a la que se accede de la del Revellín por puente que era levadiza. Es de arco de vuelta perfecta con frontón semicircular con las armas del conde de Atouguia. Es coronada, por encima del cordón, por una garita de sección hexagonal. La puerta, que aún muestra las aberturas de encaje del puente levadizo, data de finales del siglo XVIII.

El FORTIM DO REDONDO, como su nombre indica es de planta circular guarnecido por cañoneras en el frente del mar. En el centro posee una torre campanario setecentista de configuración contracurvada y decorada por volutas, dispuesta encima de tres salas, destinadas al aislamiento de los prisioneros políticos de la dictadura salazarista. El Fortim do Redondo materializa la erudición renacentista teorizada por Albrecht Dürer en su tratado de 1527, anterior al Fuerte del Bugio en la desembocadura del Tajo, de autoría de Casale (1593).

La TORRE VIGIA, dispuesta en el extremo norte del actual edificio del museo, tiene una altura de 13 metros, con lo que consigue elevarse 32 metros sobre el nivel del mar. De su cima es posible avistar a Nazaret, el Cabo de la Roca y la sierra de Sintra.

La CAPELA DE SANTA BARBARA, de planta rectangular simple. El púlpito es setecentista y el coro comunicaba originalmente con el palacio del Gobernador. Destaca el retablo mayor también setecentista.
La CISTERNA SUBTERRÂNEA, ejemplar de arquitectura del siglo XVII, destinada al abastecimiento de agua potable de la guarnición, con capacidad para 7.680 pipas, mayor que la de todas las 50 cisternas civiles censadas en la población a fines del siglo XIX. Era alimentada por aguas pluviales por medio de varios canales de piedra visibles en la cima de las paredes.

Fortificaciones exteriores
Como se ha dicho, las fortificaciones de la península de Peniche eran complementadas por fuertes exteriores a la misma que lo convertían en un poderoso conjunto defensivo.
Al Sur se encuentra el Forte da Praia da Consoloçao; al Noroeste, el Forte de São João Baptista en la isla de la Berlenga; y, finalmente, al Norte el Fortim do Baleal.
EL FORTIM DO BALEAL
Este Fuerte fue construido por los franceses en 1808, por orden del mariscal Junot en la península del Baleal. Su objetivo era cubrir posibles desembarcos en la playa de su nombre, cruzando fuegos con el Forte da Luz y el Baluarte de Gamboa.


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