Se produce una especie de emoción neo-romántica entre quienes visitan la ciudad de Óbidos. Hay pocos ejemplos en Portugal en los que se simbolice tan eficazmente el ideal escénico de la Edad Media. Quizás sea la aparente intemporalidad de intra-muros que establecen sus calles, que, en su serpenteo, en sus fachadas blancas o en la visión de las almenas, nos transportan a un tiempo mítico de un Portugal en formación.
Pequeño repaso histórico del castillo y cerca urbana de Óbidos
Todavía son oscuros los orígenes de la fortaleza. Al parecer, su posición dominante en relación con la extensa laguna que existe hacia el oeste llevó a los romanos a construir una primera fortificación sobre un castro preexistente. Posteriormente fue ocupada por los visigodos y los musulmanes. La construcción del perímetro amurallado debe atribuirse a ellos.

Sólo en el siglo XII aparecen referencias documentales precisas. En el mismo impulso expansionista que llevó a las fronteras de Portugal a la línea del Tajo, Afonso Enriquez, en 1148, conquistó la población, quedando para la posteridad el testimonio de la tenaz resistencia por parte de los musulmanes. Años más tarde, tras los avances almohades, Sancho I conquistó definitivamente la ciudad, impulsando la reconstrucción de las defensas, el asentamiento y la repoblación.
1210 es una de las fechas más destacadas de la localidad. Este año fue donada a las reinas convirtiendo a la ciudad en un referente de las soberanas. Con la presencia constante de la pareja real a lo largo de la Edad Media y Moderna, Óbidos floreció y se enriqueció sucesivamente por obras de arte. El mecenazgo artístico patrocinado por Leonor (siglo XV) y, especialmente, por D. Catarina (siglo XVI) Catarina, marca hoy el panorama arquitectónico de la localidad.
El castillo y las murallas de Óbidos evocan la importancia de la localidad en la Edad Media. Se desconoce la configuración del perímetro amurallado inicial durante la época de los primeros monarcas portugueses. La torre del Facho, en el límite sur de las murallas y ocupando una pequeña colina, se ha atribuido a la reforma de D. Sancho I, pero la verdad es que los vestigios materiales no permiten un análisis más detallado. De ser así, la conexión amurallada de la torre del Facho con la colina del Castillo se produjo a lo largo del siglo XII.
Más consenso concita la expansión urbana que se produce en el tránsito para el siglo XIV. Con D. Dinis, Óbidos creció fuera de las murallas, ocupando la zona alrededor de la iglesia de San Pedro. Al mismo tiempo, se produjo la reforma del sistema defensivo. En torno a 1325 este monarca procedió a la restauración y ampliación de la antigua alcazaba, hizo erigir la torre del homenaje y reforzó las murallas, campaña que habría producido la actual configuración del perímetro amurallado. Años más tarde, en 1375, Fernando I habría patrocinado nuevas obras, tomando su nombre la torre del homenaje.
Durante la Guerra Peninsular contra los franceses, Óbidos disparó los primeros tiros artilleros en la batalla de Roliça en 1808, en la que se produjo la primera derrota de las tropas de Napoleón. Entre las obras posteriores destacan la adaptación de la torre albarrana a torre del Relógio en 1842 y la construcción en 1869 de la escalera de acceso a la Torre de D. Fernando. En 1910 el castillo fue clasificado como Monumento Nacional
La reinvención del castillo y del recinto tuvo lugar en los años 30 del siglo XX. Por acción de la DGEMN, dirigida a revertir el conjunto a su imagen medieval, todos los parapetos fueron dotados de almenas, así como se reedificaron torres y secciones que estaban derruidas. A finales de los años 40, fue construida la Pousada sobre el antiguo Palacio, y todo el conjunto del pueblo fue dotado de una homogeneidad estética que pasó el revestimiento de cal de las fachadas y la pavimentación uniforme de todas las calles.
Descripción del conjunto defensivo de Óbidos
El conjunto está dividido en dos zonas principales: al norte el castillo y su cerca y el recinto amurallado. Los principales elementos de la fortificación destacados serían los siguientes.
EL CASTILLO

El Castillo se sitúa en la cumbre de un monte escarpado a cerca de ochenta metros de altitud sobre el río Arnóia. Su ubicación aumentaba las condiciones de defensa y algunas de las cercas de las murallas eran incluso las propias rocas naturales
El castillo presenta planta trapezoidal, situado al sureste de la vieja cerca, en el extremo noroeste del circuito amurallado. Al norte está reforzado por tres cubos semicirculares y uno cuadrangular; al este y al oeste por torres cuadrangulares almenadas, denominadas de D. Dinis y de D. Fernando; del lado sur por 2 cubos semicirculares, uno de ellos rematado por balcón con matacanes. Una barbacana envuelve el castillo al norte y al oeste. Junto a la muralla divisoria de las dos cercas abierta por la puerta de Santiago, se encuentra la torre albarrana.
Dentro del Castillo se encuentra el pazo del Alcaide, un edificio en forma de U, que fue transformado en Pousada en los años 40 del siglo pasado.
LA CERCA DEL CASTILLO
A cerca del castillo fue la cuna de la Villa, ya que éste es el primer espacio fortificado y donde las élites militares, políticas, sociales y religiosas tendrían sus principales edificios. Se comunicaba con los barrios intramuros por al Puerta de Santiago y hacia el exterior con la Puerta de la Cerca
En esta cerca, además del castillo, existe también la Iglesia de Santiago, probablemente edificada sobre la primitiva mezquita. Estuvo también el Convento de las Donas Emparedadas, destinada a recibir señoras de la Nobleza. Existió una capilla dedicada a Santa Isabel
Desaparecidas todas las edificaciones, hoy poco queda en la Cerca del Castillo que pueda dar testimonio de su noble pasado. A lo largo de los últimos años la cerca ha sido escenario de innumerables manifestaciones recreativas y culturales, permitiéndole una nueva vida.
EL RECINTO AMURALLADO

El recinto amurallado está recorrido en toda su extensión por adarve y dispone de merlones cuadrangulares con saeteras.
Muestra planta triangular irregular: del lado oeste la muralla es sensiblemente rectilínea acompañando la escarpa rocosa, reforzada por grandes torres cuadrangulares rematado por merlones cuadrangulares rasgados por siete y adarve, y abierta por la puerta de la Cerca, con barbacana, la puerta de la Tallada y el postigo del Juego de la Pelota. Finaliza al suroeste en ángulo pronunciado en la Torre del Facho, de sección cuadrangular.
A partir de aquí el flanco este avanza hacia el noreste adaptándose a la irregularidad del terreno. Este flanco se encuentra atravesado pro las puertas de la Villa y del Valle o de gracia. siguiendo hacia el noreste e infestando luego hacia el noroeste

TORRE ALBARRANA O DEL RELOJ
La Torre Albarrana constituye una importante marca histórica en Óbidos. Es cuadrangular y se encuentra almenada. Siendo su función más civil que militar, esta torre sirvió como primer Paço do Concelho, también como casa del tesoro y prisión. En el siglo XVI, en el reinado de D. João III, allí se instaló una clase de matemática y una clase de teología.
Es conocida también como Torre del Reloj, ya que en 1842 se edificó una enorme estructura de campanario con reloj, la cual aún se observa en las fotografías de finales del siglo XIX, pero que fue demolida en los años 40 del siglo XX.

LAS PUERTAS
El acceso al recinto amurallado se realiza a través de cuatro puertas (Porta de la Vila, Porta Talhada o de la Rainha, Porta de la Cerca, Porta del Valle o de Nossa Senhora de Graça) y por dos postigos (Postigo do Poço ou do Arrabalde y Postigo do Jogo da Bola). Interiormente la cerca del castillo y el barrio de intramuros se comunican por la Porta de São Tiago
Porta de São Tiago
Se presume que la Puerta de Santiago ya existía en el período islámico, aunque el arco gótico que presenta actualmente revela la existencia de obras posteriores, probablemente en el s. XIV. Este sería el principal acceso a la antigua cerca, comunicándose con la almedina que quedaba al exterior de los muros primitivos
Porta Talhada
La Puerta Tallada debe su nombre a que fue abierta en un macizo rocoso. Dada de los siglos XII o XIII, esta puerta servía para que el arrabal del Mocharro pudiera comunicarse con el interior de la Villa muralla. De este punto puede observarse un magnífico paisaje sobre el lado poniente de la Villa.
Porta da Cerca
Esta Puerta dispone de un arco de vuelta perfecta atestiguando su antigüedad que se remonta al siglo XII. Sin embargo, esta estructura visible no es más que una obra de refuerzo estructural de otro pórtico allí existente, el cual seguramente se remonta al período islámico.
La Puerta de la Cerca sería el principal acceso exterior al recinto militar y, de ese punto, se podía tener una extensa panorámica sobre los pantanos lagunares, del antiguo arrabal del Mocharro del que sólo subsiste la iglesia, del otero de la Asenta, importante castro prehistórico y el collado de San Antonio, con su ermita fundada en 1386 por Antonio Vaz Moniz.
Desde este punto también se puede ver el Santuario de Jesús de la Piedra, uno de los principales edificios barrocos en Portugal, abierto aún incompleto en 1747.

Porta do Vale ou Nossa Senhora da Graça
Localizada en el eje vial entre la almedina / judería y el arrabal, esta puerta fue creada en el curso de las obras de ampliación de la muralla en el siglo XIII.
Además de su función de permitir el paso y el control de los transeúntes, la puerta tiene también una importante función religiosa y social: en el interior de la torre donde se encuentra la puerta, se creó una capilla dedicada a la Virgen, en acción de gracias por el éxito de la resistencia al cerco puesto por el entonces Conde de Bolonia (1247-48) a la Villa. Este Oratorio fue reformado en 1727 a expensas de Bernardo de Palma, magistrado que sirvió en la India, en cumplimiento de una promesa y en memoria de su hija que se suicidó a los 22 años, debido a que él no había consentido en los amores que ésta tenía por un joven de Óbidos.
Porta da Vila
Se trata de la entrada principal de la Villa. Porta la inscripción «A Virgem Nossa Senhora foi concebida sem pecado original», mandada colocar por el rey D. João IV en agradecimiento por la protección de la Patrona en la Restauración de la Independencia en 1640
En su interior creó entre 1740 y 1750 una capilla-oratorio de Nuestra Señora de la Piedad, patrona de la Villa, con un balcón barroco y azulejos azules y blancos con motivos alegóricos a la Pasión de Cristo.
ACUEDUCTO DE USSEIRA
Mandado construir por la Reina D. Catalina de Austria, mujer de D. João III, en torno a 1570, conectando con Usseira donde se encuentra la fuente, tiene 3 km de longitud. La Reina costeó íntegramente su construcción, recibiendo a cambio la Vega, que pasó a ser conocida como Vega de la Reina. Está clasificado como Inmueble de Interés Público desde 1962.

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