Defensas costa andaluza 166: Castillo y murallas de Vejer

Sin duda no es una exageración decir que Vejer es uno de los pueblos más bonitos de España. Encaramado en un cerro a 200m., sus casas blancas y calles medievales, le dan un sabor excepcional recuerdo de sus tiempos musulmanes. Una parada obligada para cualquier visitante de la provincia.

Desde el punto de contar aquí sus defensas (castillo y murallas medievales) me pasa con Vejer como con Casares o Vélez Málaga, que su distancia de la costa (unos 7,5 km. en línea recta) me hacen dudar de incluirlas o no en el sistema defensivo de la misma. Aunque Vejer tiene una visión de un buen trozo de la costa incluso hasta el Estrecho y era un castillo estratégico en la subida de posibles enemigos por el valle del río Barbate.

Breve historia de Vejer de la Frontera

En el cerro sobre el que se asienta Vejer y su entorno existen testimonios de presencia humana muy antigua.

Bajo las murallas han aparecido materiales de la Edad del Bronce y recientes estudios arqueológicos han revelado la existencia de un poblado de tipo orientalizante datado en el S. VII a.C.

En su término municipal se han localizado también restos prehistóricos paleolíticos de hace 500.000 años en los rebordes de la antigua laguna de la Janda, así como un poblado neolítico entre La Muela y Parralejos.

De época romana contamos con una villa romana en Libreros, con ricos pavimentos de mosaicos, y próxima a ella el Horno del Chorrillo. También un trozo de acueducto en la pedanía de Santa Lucía

Vejer. 1575. Braun-Hogenberg

En el 711 tuvo lugar la Batalla de la Janda, en la cual las tropas norteafricanas de Tarik derrotaron a D. Rodrigo. A partir de ahí y durante cinco siglos y medio, Vejer fue un pueblo musulmán, siendo objeto de enriquecimiento de la esplendorosa cultura árabe – islámica de la que quedan evidentes vestigios como la puerta del castillo (S.XI), parte de las murallas y, como no, el entramado de sus calles.

La conquista de Vejer por los cristianos fue un proceso en dos fases. En 1250, el rey castellano Fernando III el Santo conquista la villa de Vejer, pactando con la población mudéjar la presencia de una guarnición cristiana a cambio de respetar sus bienes y viviendas. Así debió prevalecer la situación hasta que, en junio de 1264, los mudéjares se sublevan por el incumplimiento de las capitulaciones y toman el castillo. Tras tres meses de ocupación, el rey Alfonso X conquista de nuevo la villa y expulsa a toda la población mudéjar, quienes se marchan a Granada o Marruecos.

Vejer. 1625 David Mesnier

Los reyes intentaron repoblar la zona en medio de una gran inestabilidad por los continuos asaltos ataques al castillo y destrucción de campos. Tras una segunda repoblación en 1307, el rey Alfonso IV otorga mediante privilegio real a Alonso Pérez de Guzmán «el bueno» y sus sucesores, los futuros titulares del Ducado de Medina Sidonia, el señorío jurisdiccional sobre la villa y término de Vejer. Pérez de Guzmán, ya estaba en posesión desde 1299 del señorío de las almadrabas de toda la zona del Estrecho y tras la toma de Tarifa se había convertido también en el defensor del Estrecho, llegando a ser dueño y señor, después del rey, de estas tierras.

Estatua dedicada a Juan Relinque ante la puerta de Sancho IV

Durante los siglos XV y XVI, la vida de Vejer transcurrió bajo dominio de los Duques de Medina Sidonia, destacándose ya en la edad Moderna el enfrentamiento de los vejeriegos, con Juan Relinque a la cabeza, contra los mismos por el control de las tierras comunales, denominadas Hazas de Suerte.

Las transformaciones políticas del S. XIX y las desamortizaciones repercutieron en las titulaciones de las propiedades, que en parte pasan del dominio ducal a manos burguesas sin conseguirse el desarrollo industrial necesario en la ciudad que ha seguido centrando su actividad económica en la producción agraria y ganadera, y en las últimas décadas en el turismo.

El castillo de Vejer

El origen de la construcción del castillo es un tanto incierto. Su fundación debió hacerse en los primeros siglos medievales cuando la zona estuvo bajo la influencia islámica. Su privilegiada situación propició durante el periodo islámico la construcción de una primera cerca defensiva en Vejer, lo que hoy conocemos como el castillo y parte del recinto amurallado. Es posible que esta primera fortaleza se levantara a partir del siglo VIII-IX, posiblemente sobre los restos de otra anterior.

Castillo de Vejer

En todo caso, no hay duda de que la fortaleza de Vejer fue una plaza fuerte de las más importantes de la cora de Sidonia en época omeya por su estratégica situación.

En los siglos XIV y XV es reformado en profundidad por los duques para adaptarlo a residencia. En el siglo XIX pasó por herencia al marqués de Martorell, quien lo vendió a Pedro Muñoz de Arenillas, quién, para convertirlo en su «humilde» morada, lo transformó hasta el punto de dejarlo casi irreconocible.

Posteriormente, en 1912, el Ayuntamiento de Vejer adquiere de uno de los herederos de Muñoz de Arenillas una parte de la propiedad, con el objetivo de fundar un colegio público. El mismo estuvo en funcionamiento hasta inicios de los años 70 del siglo XX.

Puerta de entrada al castillo de origen musulman

Situado en el punto más alto de la población, tiene planta rectangular, de 74 por 22 metros, con tres torres rectangulares, dos en el lado norte y una tercera en el centro del lienzo sur. Sin embargo, su visión queda en gran parte oculta por las casas adosadas a sus murallas.

Consta de dos partes bien diferenciadas: el Castillo vivienda particular -con 530 metros cuadrados de superficie- y el patio de armas -con 544 metros cuadrados-, desde cuyas almenas se observan kilómetros y kilómetros de espectaculares vistas. Y, aunque el castillo vivienda ha sufrido drásticas modificaciones para convertirlo en vivienda, el patio de armas se mantiene totalmente intacto, conservando las fortificaciones de las esquinas, sus muros y su única entrada en forma de herradura, que se puede cifrar en el siglo IX.

Como nota curiosa, en el interior del castillo hay una placa conmemorativa como símbolo del hermanamiento entre Vejer y la ciudad marroquí de Chauen por razones históricas y culturales.

Las murallas de Vejer

Tras la conquista por los cristianos, en 1294 se procede por orden de Sancho IV a reparar y robustecer el castillo y las murallas que habían quedado bastante debilitadas. Se inició entonces un gran proyecto donde se aprovecharían parte de las construidas por los árabes y se robustecería la ciudad amurallada

Plano murallas de Vejer. Elaboración propia

Las murallas de Vejer ocupan una superficie de unas 4 hectáreas. El recinto amurallado tiene unos 2 metros de grosor y se extiende a lo largo de 2 km de longitud zigzagueando a través del pueblo, tratando de ajustarse a los fuertes desniveles del terreno.

Se conservan cuatro torres: la Torre de San Juan, Torre del Mayorazgo, Torre de la Puerta de Sancho IV y Torre de la Corredera. Y también sus cuatro puertas de acceso: el Arco de la Villa, Puerta de Sancho IV, Puerta de la Segur y Puerta Cerrada, además del Arco de Santa Catalina.

La puerta Cerrada (2), puerta del Sur o de Berbería es de los siglos X-XII.  Se la denomina así porque estuvo tapiada durante los siglos XV-XVII por su enclave en la Judería y para impedir el acceso de piratas berberiscos que en aquellos tiempos asolaban las costas atlánticas.

Puerta Cerrada

El arco de Santa Catalina (3) no se trata realmente de una entrada medieval, sino que fue abierta en la muralla en el siglo XIII para facilitar el acceso con el barrio de la judería.

La Puerta de la Segur (4) forma parte de un conjunto defensivo llamado baluarte de Segur. Sería edificada a finales del siglo XV sobre la puerta de poniente del siglo X-XII. Su construcción en el siglo XV es debida a don Enrique Pérez de Guzmán, II Duque de Medina Sidonia. El baluarte era un recinto menor con torres cilíndricas.

Puerta y baluarte de la Segur

La torre de la Corredera (5) fue reformada en el siglo XV, cuando el duque D. Enrique de Guzmán emprendió importantes obras en la fortaleza de Vejer. Se trata de una obra de características mudéjares a la que se repusieron sus merlones en 1974.

Torre de la Corredera

La puerta de Sancho IV (6) se sitúa en la parte norte de la muralla, protegida por la torre de Sancho IV. Es, posiblemente la puerta más antigua de la misma, conocida en otros tiempos como puerta de Naveda. Recuerda al rey conquistador de la villa en 1264.

La torre del Mayorazgo (7) es llamada también torre del Homenaje, se sitúa en la calle Merced y forma parte de la casa del Mayorazgo. Tiene una considerable altura y está coronada con una pequeña azotea con campanil. Desde su altura se divisan claramente las marismas y ensenada de Barbate, lo que parece justificar su función defensiva y de vigía.

El arco de la Villa (8), sobre la actual Plaza de España, era una de las puertas principales de acceso a la ciudad que se situaba en un punto de giro de las murallas

Arco de la Villa

La torre de San Juan (9) debía corresponder al punto en que la muralla giraba para tomar dirección norte. Apenas es posible verla entre las casas.

(Textos de la Muralla tomados de Elturistatanquil, donde encontraremos una excelent3e descripción y guía de visita a Vejer)

(Textos de la Historia tomados de Oficina Turismo Vejer)

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