Tras Torremolinos pasamos del tirón a Benalmádena. En su pequeña costa litoral encontramos tres torres restauradas. La Torre Bermeja, la Quebrada y la del Muelle. Y además traeremos el recuerdo de lo que fue el castillo de Benalmádena del que hoy no queda nada.
La Torre Bermeja, se encuentra a la entrada del puerto deportivo, en una zona ajardinada frente al llamado puerto “Marina” (Benalmádena costa). El lugar ha sido utilizado desde los fenicios como un fondeadero natural.
La Torre Bermeja debe su nombre al color rojo del terreno sobre el que está construida conocido antes como ‘Punta Saltillo’ (otra torre del mismo nombre que había en el camino de Churriana a Cártama fue inutilizada por los castellanos después de la guerra).
Figura en la relación de 1497, por lo que es segura su adscripción musulmana, aunque presenta reparaciones y añadidos de los siglos XVI y posteriores, destacándose la doble imposta de coronación y el revellín de la base.

La torre Bermeja tiene diez metros de altura y tres de diámetro, con un refuerzo cónico rodeando su base (revellín), construido en 1567 por el albañil Pedro de la Chica, para compensar el empuje del fuerte viento de la zona. Su perímetro aproximado es de 10,40 metros. En esta torre se juntaban de noche por escuchas el peón que llegaba desde la torre Quebrada y el que venía de la torre de los Molinos y por la mañana hacían el recorrido inverso.
La restauración realizada ha sido bastante desafortunada, con importantes modificaciones tanto en su interior como exteriormente.
Localización Benalmádena: 36º 35’ 49,6’’ N / 4º 30’ 55,4’’ W
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