Historia del Castillo
Es verdad que en el monte de Gibralfaro hubo fortalezas anteriores a la época musulmana, se sabe de su existencia en la época fenicia. Pero la primera construcción del castillo musulmán es del siglo XII, cuando se levantó una rábita en el cerro, mitad fortaleza y puesto de vigilancia, mitad monasterio consagrado a la oración de monjes guerreros al estilo de las órdenes militares.
La construcción del Castillo de Gibralfaro tal como hoy lo conocemos data del año 1340. Fue mandado a levantar por el rey nazarí del Reino de Granada Yusuf I, que fue uno de los impulsores de la fortificación de la costa ante los corsarios cristianos. Se pretendía con ello proteger la Alcazaba y la ciudad, ya que el monte era un “padrastro” desde el que se odia atacar o bombardearlas
Una vez construido, el conjunto defensivo formado por La Alcazaba, la Coracha y el Castillo de Gibralfaro fue considerado uno de los más inexpugnables de toda la Península Ibérica

Un momento destacado de la historia del castillo fue la conquista cristiana a manos de Fernando de Aragón. Las tropas del rey Fernando intentaron derribar los muros del castillo para así poder atacar la alcazaba, pero los soldados musulmanes defendieron la fortaleza de tal modo que fue imposible destruirla. Finalmente, se vieron obligados a cesar en su acometida, comenzando así el sitio de la ciudad que puso fin a la población que la habitaba.
Tras la conquista de los Reyes Católicos, el rey Fernando traslada su residencia de forma temporal al castillo, en cambio la reina Isabel de Castilla optó por vivir en la ciudad.


Otro de los momentos destacados en la historia del castillo es la ocupación en 1810 por las tropas napoleónicas. Desde allí bombardearon la ciudad y la alcazaba.
Cuando abandonan Málaga en 1814, antes de su partida, hacen explotar toda la pólvora almacenada en el interior del castillo, destruyendo todo cuanto había dentro. A partir de entonces comienza la decadencia del Castillo de Gibralfaro hasta que, en 1931, es declarado Monumento Histórico Artístico y comienza su rehabilitación que hoy contemplamos
Breve descripción
El recinto cerrado consta de dos murallas, una de mayor tamaño y la menor a modo de barbacana.
La muralla almenada cuenta además con un adarve, y se refuerza con ocho torreones. Su fisionomía, permite recorrer el camino de ronda alrededor de todo el perímetro de la fortificación.
Se pueden distinguir dos partes diferenciadas (ver este plano de elaboración propia sobre folleto turístico)

En primer lugar, la Zona Alta, hoy conocida como Patio Principal. Aquí se levantaba la Mezquita de la que se han encontrado sólo algunos restos.
En el siglo XVIII se levantó aquí un polvorín que hoy es utilizado como un completo Centro de Interpretación.
También encontramos el llamado Pozo Airón, de época fenicia, excavado en roca viva con 40 m. de profundidad
La Torre Mayor tiene 17m. de altura. En ella la guarnición podía disponer de abastecimiento de agua, viviendas y almacenes.

En la Zona Baja, se encontraba el Patio de Armas, las caballerizas, los barracones de la tropa, dos hornos de pan y un aljibe octogonal.
La Torre Albarrana, también conocida como Torre Blanca es una de las mejor conservadas de la época nazarí, orientada al noroeste, cuyo objetivo era defender los puntos muertos de la muralla, En el interior de esta torre aún se conserva un aljibe que recogía el agua de la lluvia, habitaciones y almacenes.

En el paño oeste de la muralla se encuentra la fortificada puerta de entrada al castillo a la que se accedía desde la coracha de la Alcazaba
La Coracha
La Coracha de la alcazaba es una construcción compuesta de dos muros paralelos, creando un pasillo entre ellos. Fue mandada a erigir por Yusuf I, en el año 1340. Su función era la de unir la fortaleza palaciega con el Castillo de Gibralfaro. La edificación estaba proyectada para el paso de las tropas de una fortificación a otra de forma segura.

Sus murallas se levantaron en zig zag, aprovechando la pendiente y el desnivel del monte. La idea era la de proteger todos los flancos del muro sin necesidad de construir torres albarranas. Sobre las paredes existe un adarve que servía para la guardia de los soldados.
Pero esta no fue la única coracha que se levantó en la ciudad, pues existía otra. Era la conocida como Coracha Marítima, hoy desaparecida. Esta, como su nombre indica, unía la alcazaba con el mar.