El despoblado de Bezmiliana
Los despoblados (aquellos pueblos que quedaron deshabitados en la edad media) no son pocos en la Axarquía y en general en la provincia de Málaga.. Las causas del abandono de sus habitantes fueron diversas. Sin duda una de ellas fue el acoso cristiano a zonas del litoral en época nazarí y en general una época de profunda crisis e inestabilidad, generada principalmente por el acoso de los ejércitos cristianos animados por el ánimo de la conquista.
Uno de estos despoblados es Bezmiliana en el actual Rincón de la Victoria. Puede decirse que más que un pueblo se trataba de una próspera ciudad, dedicada a la pesca y a la agricultura, que creció entre los siglos IX y XV en las faldas del castillo (el Cerro del Castillón) y al amparo del mismo
A partir del siglo IX, van apareciendo alquerías dedicadas a la explotación de la tierra que llenan el vacío demográfico que siglos antes provocó la desaparición del imperio romano. Es entonces cuando se produce la construcción del castillo, que se ubicaba en el ahora denominado Cerro del Castillón, una zona elevada y defendible, convirtiéndose en lugar de refugio para estas gentes ante la inestabilidad política y militar que afectaba cíclicamente a Al-Ándalus.
A partir del siglo X se desarrolla de forma el núcleo de Bezmiliana, que crece y se expande a los pies del castillo, hecho evidenciado en las distintas excavaciones realizadas- Dichas excavaciones dan testimonio del crecimiento de la ciudad hasta el siglo XIII, iniciando un rápido proceso de despoblación y desaparecer en el siglo XV.

Hay fuentes árabes que se refieren a la ciudad. La crónica del califa Al Haken II cita en el año 971 el desembarco del jeque Jafar ibn Alí en el puerto de Bishiliana huyendo de los beréberes Zanata. AlIdrisí (s. XII) dice que Mismiliana es un gran pueblo situado en una llanura arenosa provista de baños, de posadas y de almadraba. Bezmiliana es citada también en el s. XI por Abd Alláh, el último rey zirí de la taifa de Granada, y en el siglo XIV por el geógrafo Abulfeda. Ibn Jaldún y Al Himyarí también se refieren a la ciudad.
El profesor Manuel Acién Almansa, de la UMA, dirigió entre 1979 y 1981 excavaciones arqueológicas de la ciudad medieval y escribió: «Posee un horizonte cultural que oscila entre el s.X-XV, incidiendo su importancia en el periodo nazarí. Ciudad próspera integrada por un recinto murado con una fortaleza de planta poligonal en la cima del cerro del Castillón, y un núcleo urbano que se desarrolla en la falda de la ladera suroriental y en el llano con dos mezquitas. A extramuros se han documentado alfares y un cementerio«
Cuando el ejército castellano llega a Bezmiliana tras la capitulación de Vélez camino del asedio a Málaga, ya estaba despoblada.
Con la conquista los Reyes Católicos nombran en 1497 al funesto Fernando Uncibay como alcaide de Bezmiliana con la misión de repoblarla y refortificarla. Uncibay convirtió la mezquita mayor en fortaleza de la que queda tan sólo un aljibe (en la urbanización Gran sol). En poco tiempo, ya para 1511, la repoblación ha fracasado y la fortaleza construida pierde importancia y desaparece.
Para saber más sobre el despoblado de Bezmiliana y Uncibay este artículo es detallado
El descubrimiento de los restos de la ciudad de Bezmiliana tuvo la mala suerte de toparse con el boom descontrolado del desarrollo urbanístico de Rincón. Son muchos casos de destrucción de los restos. Por ejemplo, en 2006 al cabo de 800 años bajo la ciudad de Bezmiliana salió a la luz y fue arrasada hasta los cimientos para construir un aparcamiento de gestión privada y la Plaza de la Constitución. Todo avalado por la Consejería de cultura. Similar fue el caso de la construcción de la urbanización Gran Sol a la falda del cerro donde se ubica el castillo encima de los restos.

El castillo de Bezmiliana
Como se ha dicho fue construido a partir del siglo IX en el paso obligado entre Vélez y Málaga. El cerro tiene altura máxima de 103 m. con abruptas pendientes al norte y oeste y descensos suaves hacia el mar, donde surgió Bezmiliana. Y se sabe que estuvo habitado durante la época nazarí por los restos de viviendas encontrados.
Se ha realizado varias campañas de excavaciones arqueológicas. Pero el abandono está provocando el creciente desmoronamiento de los restos de muros y torres.
Los restos de la fortaleza de planta poligonal en la cima del cerro del Castillón poseen una altura media de 60 cms., con fábrica de mampostería irregular y especial tratamiento en las piedras de los ángulos. El muro posee un grosor superior a 1’50 m., apoyado sobre cubos cuadrados. Algunas estructuras internas presentan pavimentos de ladrillos rectangulares y un revoque en las paredes que suele aparecer pintado a la almagra.
Su planta, trapezoidal y adaptada al escarpado terreno, posee siete lienzos de distinto largo que son reforzados en sus ángulos de unión con torres cuadradas y macizas de dos metros por dos, excepto una cuya planta es circular. La puerta principal de acceso, de dos metros de ancho, se sitúa al sureste de la estructura. Delante se construyó una barbacana o muro defensivo paralelo al lienzo que dificultaba el acceso al recinto y forzaba la entrada en recodo.
Para saber más: Presentación realizada por la Asociación Amigos del Patrimonio y la Arqueología Taha de Bezmiliana

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