Seguimos costeando las Rías Baixas y nos centramos ahora en la bella ciudad de Pontevedra y su municipio.

La muralla de Pontevedra
Hoy está prácticamente desaparecida, sólo quedan algunos restos, pero en su día la ciudad de Pontevedra estuvo rodeada de unas potentes murallas.
Su construcción duró varios siglos. La primera fue edificada en el siglo XII. Luego se inició una nueva muralla en el siglo XIII para responder al crecimiento urbano asociado al desarrollo de la pesca y sus industrias. La elevación de esta segunda muralla se prolongó el siglo XIV. Ya en el siglo XV se acometió la última y definitiva ampliación, entre los años 1450 y 1480 para guarecer la creciente población de los conflictos de la época y conseguir nuevos espacios para el crecimiento económico.

Cuatro siglos después fue demolida, en el siglo XIX, en aras del mal entendido “progreso” imperante en aquella época y que acabó con tantos amurallamientos de nuestras ciudades (Ver el proceso de demolición en La Voz de Galicia)
Colección de dibujos que muestran diversas partes de la muralla antes de su derribo.
Realizados por Celso García de la Riega (1844-1914)
Aquella muralla derribada por la piqueta tenía entre cinco y siete metros de altura, mas de dos de ancho y contaba con almenas en casi todo su perímetro, rodeando unas 36 hectáreas.
La muralla contaba con cinco puertas principales: la de A Ponte, sobre el estribo del puente del Burgo, se abría hacia Compostela. La de Trabancas, en un lateral de la plaza de la Herrería, era acceso del Camino a Tui. La de Rocheforte, en el cruce de las actuales calles Sarmiento y Cobianc Rofignac. La de a Vila o Santo Domingo, junto al ayuntamiento, unía el casco viejo amurallado con el barrio marinero de A Moureira. Y la de Santa María, junto a la Basílica. Tenía además hasta 7 postigos a lo largo de su trazado.

La muralla contaba también con un sistema de torres que reforzaban su perímetro. Entre ellas destacaban las Torres Arzobispales junto a la Basílica de Santa María, la Torre del Oro en la parte norte y la Torre Bastida donde se encuentra la actual Casa Consistorial.
Torre de Gondar

En la parroquia Santo Adré de Xeve encontramos lo poco que queda de la Fortaleza de Gondar. Perteneció a la poderosa familia de los Aldao. Hoy resulta complicado encontrar restos de la fortaleza. Cerca de la actual casa, en un lugar elevado conocido como “Torre Vella”, se encuentran los restos de la antigua Torre del Homenaje. Es un lugar de difícil acceso porque está rodeado de lo que en su día constituía el foso.
Cerca del pazo se encuentra una pequeña torre cuadrangular, que presenta en uno de los lados un escudo de armas y una inscripción que dice: “Esta carcel i estas armas son desta fortaleza”. Tras perder su finalidad defensiva la fortaleza fue transformándose en lugar de residencia levantándose un pazo barroco hoy abandonado y en ruinas.

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