Saliendo de Cascais en dirección a Lisboa por la Avenida Marginal, existieron una serie de fuertes hoy desaparecidos: el Forte de Santa Catarina (actual Casa Seixas, sede de la Capitanía del Puerto de Cascais), el Forte de Nossa Senhora da Conceição (ocupado hoy por el Palacio Palmela), el Forte de São Roque (derruido por la vía férrea), el Forte de Santo António de Estoril (en el lugar que ocupa hoy el edifico Tamariz) y el Forte de Santo António da Cruz d’Assubida (donde hoy está el chalet Barros).
Un poco mas adelante, en Estoril, encontramos dos pequeños fuertes a corta distancia el uno de otro encuadrando sobre dos elevaciones la Praia da Poça. Se trata de los fuertes gemelos de «São Pedro o da Poça o Velho» y de «São Teodósio o da Cadaveira».

Ambos fueron construidos en el proceso de fortificación de la barra del Tajo a cargo de D. António Luis de Meneses, Gobernador de la Plaza de Cascais, al comienzo de la guerra de Restauración. Las obras de ambos comenzaron en abril de 1642, finalizándose en 1643.

Los dos son de planta cuadrada. El cuerpo principal de la fortaleza albergaba los alojamientos, dispuestos en torno a un patio, cubiertos por una terraza. En el espacio contiguo se disponía la batería del fuerte, de estructura «rasante, alargada». En los dos fuertes existía un parapeto exterior irregular que formaba una primera barrera defensiva.

Después de su desactivación, en el siglo XIX, el Forte de São Pedro pasó por diversas manos, que en diferentes épocas dieron distintos usos al espacio. En 1954 fue transformado en Casa de Té, y a partir de 1957 fue alquilado a un particular, pasando a albergar un restaurante, lo que llevó a múltiples transformaciones y añadidos de la estructura. Y en los últimos años ha funcionado como una discoteca. Pero hoy (2016) se encuentra, desgraciadamente, en un estado de ruina inaceptable por la dejadez de las administraciones competentes.

Por su parte, el Forte de São Teodósio, después de haber sido desactivado de sus funciones militares en 1843, fue cedido a la Santa Casa de la Misericordia de Cascais, pasando posteriormente a la posesión de un particular, y volviendo a la Misericordia en 1897. En 1942, después de la construcción de la Avenida Marginal, el fuerte sería cedido a la Guardia fiscal. Parece ser que hubo un proyecto de recalificación para este Fuerte que podría acoger una futura cafetería y un espacio expositivo.

Pero todavía en 2016 (no sé si se habrá actuado) el escenario que presenta el fuerte es dantesco. La puerta destruida abre el espacio para el patio cubierto de basura y de restos de hogueras. Y los alojamientos, aún hace poco tiempo en excelente estado de conservación, están ahora completamente destruidos, algunos con señales de incendio y los restantes cubiertos de basura nauseabunda y de jeringas usadas. La batería está prácticamente cubierta de escombros y el olor a las heces, combinado con los restos de comidas ya podridos y con cientos de botellas rotas, hace prácticamente imposible visitarla.
Ambos fuertes fueron clasificados como Inmuebles de Interés Público en 1977.

Deja una respuesta