Las residencias señoriales fortificadas fueron prohibidas por D. Dinis en 1314 en su lucha contra los deseos de autonomía de la nobleza que cada vez adquiría más poder. Hemos visto tres de esas torres en el municipio de Amares. En el mismo territorio medieval, pero ahora en el municipio de Vila Verde, también encontramos varias de estas torres señoriales: la Torre de Oriz, perteneciente a la familia de los Coimbra, la Torre de Gomariz, de esa casa, y finalmente la Torre de Penegate, excepcionalmente construida con autorización regia.

Torre dos Coimbra ou Torre de Oriz
La Torre señorial de Oriz tomó el nombre de la familia Coimbra a partir de 1530, cuando fue adquirida por D. João de Coimbra, fundador de la capilla del mismo nombre en la ciudad de Braga y futuro abad de Oriz.
Sin embargo, su construcción es anterior, probablemente a mediados del siglo XIV época en la que, como se ha dicho, las principales familias nobles se empeñaron en construir viviendas fortificadas que ilustrasen su poderío y estatuto social.

Se trata de una torre claramente rural y relativamente modesta con sólo dos pisos. Es de planta cuadrangular, común en este tipo de construcciones, y la entrada principal, de arco apuntado, se ubica al nivel de la planta baja. Un segundo acceso al interior fue abierto donde originalmente habría existido una ventana de arco de vuelta perfecta, para permitir el paso entre la torre y el cuerpo residencial que se le adhiere más tarde. El segundo piso estaba destinado a salón noble.
No debió de aportar muchos recursos la familia noble que la construyó, ya que se nota la irregularidad de las últimas hiladas de aparejo y el hecho de que el coronamiento no integra almenas.
Torre de Gomariz
La primera mención a la hacienda de los Gomariz se encuentra en 1296 cuando es comprada por el Canónigo de la Catedral de Braga y contador del rey D. Dinis Esteban Durão Esteves. La importancia de la Casa de Gomariz en el contexto regional, y las continuadas referencias a su estatuto como propiedad vinculada a la capilla de Santa Luzia de la catedral de Braga son indicadores que permiten suponer la existencia de una primitiva vivienda noble a finales del siglo XIII.

No obstante, consta la construcción de la actual torre a finales del siglo XV por D. Pedro de la poderosa familia de los Cunha. De su relación con la catedral de Braga dan testimonio las similitudes estilísticas entre las gárgolas de la torre y las del ábside de la catedral
De sección cuadrangular, se alza en cuatro pisos diferenciados exteriormente por vanos que totalizan cerca de 12 metros de altura, con la techumbre efectuada por medio de una línea de cornisa donde reposan balcones de almenas con merlones puntiagudos. En los ángulos, se conservan los matacanes y las gárgolas, que ora son en forma de cañón, ora presentan motivos zoomórficos. A nivel del penúltimo piso, la ventana está flanqueada por dos escudos de armas, uno de las cuales es el de la familia Cunha. El último piso, considerado el más noble, está abierto en las cuatro caras por ventanas dobles.
A comienzos del siglo XVI sufrió una seria reforma que le da el aspecto actual y además se anexionó a la torre un edificio longitudinal, de dos pisos, que sigue la disposición simétrica de los pisos inferiores de la torre. Ya en época barroca se muró la quinta y se construyó la capilla asociada al portón de la propiedad.
La familia que la adquirió en 1913 la ha convertido en un Hotel&Spa de cinco estrellas. Nosotros la visitamos en el momento en que se realizaban las obras de restauración y acondicionamiento como hotel.

Torre de Penegate
La edificación de la torre de Penegate en la freguesía de San Miguel de Carreras, fue construida en 1322 por autorización expresa del rey D. Dinnis a su Alguacil Mayor Mem Rodrigues Erguer. Su construcción responde al enfrentamiento del monarca con las familias nobles que adquirían cada vez mayor poder. Así que se erige, por tanto, debido a condicionamientos totalmente distintos de los que presidieron la construcción de otras torres similares y, por eso encontramos en su diseño principalmente preocupaciones defensivas más que residenciales.
Por eso, al contrario de los demás ejemplos que hemos visitado tanto en Amares como en Vila Verde, no se implanta en una zona agrícola, de valle, en cotas bajas, sino en lo alto de un afloramiento granítico marcado por acentuados desniveles.

La puerta de entrada se sitúa a unos metros del suelo, apreciándose las dos ranuras cuadrangulares que servían para apoyar la escalera de madera que se podía retirar en caso de peligro. Por otro lado, en la fachada puesta a la de la entrada, que miraba al único camino de acceso a la cima del monte, se incluyó un balcón con matacanes para el tiro vertical.
La existencia en el último piso, de tres ventanas anchas y del balcón provisto de matacanes lleva a pensar que ese sería el piso concebido por Mem Rodrigues para residencia, ya que era el más iluminado y ventilado y, por su altura, en que ofrecía mejores condiciones de seguridad.
En lo alto de la torre, coronada por adarve, se encuentran merlones punzantes y, sobre la puerta de entrada, algo descentrados en relación a ésta, se encuentran dos ménsulas sobre la que se podría haber apoyado una estructura de madera. Se desconoce si la torre tenía anexos.
Entre el segundo cuarto del siglo XVIII y el primer cuarto del siglo XX, la torre permaneció abandonada. habrá conocido un período de abandono continuado. Luego entre 1939 y 1980 hubo obras de reparaciones por los propietarios y ocupaciones esporádicas. Desde entonces se abandonó. En 2013 fue declarada Monumento de Interés Público.
