La disposición curvilínea del núcleo de viviendas en torno a la torre que resta del antiguo «Castelo de Bemposta», da una idea del trazado de las murallas que tuvo.
Apenas se sabe más del castillo que existió en esta aldea, hoy freguesía perteneciente al municipio de Penamacor. Hay referencia a la posesión en 1189 de esta población a Ponço Afonso Baião, gobernador de Covilhã y Guarda. También hay constancia de la donación de esta por Pôncio Afonso a la Orden del Temple en 1230, que posteriormente había construido el castillo integrándolo en el sistema de defensa de la Beira Interior.
En 1505 en la elaboración del inventario de los bienes pertenecientes a la Orden de Cristo (heredera de los del Temple) en Bemposta, elaborado por el monje Francisco Capelão, se hace una breve descripción de la fortificación. Estaba compuesta por una torre, con parte de la estructura de albañilería, la cual comenzaba a derrumbarse. Dicha torre tenía dos accesos, uno a poniente y otro al norte, y se encontraba parcialmente cubierta y mal reparada. La torre estaba envuelta por una “mota”, es decir por un monte de tierra artificial creando una zona alta en cuyo centro se levantaba la torre con una cerca.
Ya para entonces la situación era de ruina progresiva. Perdido su papel defensivo desapareció toda la cerca, quedando hasta hoy tan sólo el primer piso de la torre de planta rectangular en cantería.
En la primera mitad del siglo XX fue levantada sobre una de sus esquinas la actual Torre do Relógio. Esta es de planta cuadrada con tres pisos si la observamos desde el lado de levante. El primer piso es ciego, coincidiendo con la muralla de la torre medieval. El segundo piso es de cantería de granito con las juntas pintadas de blanco e incluye dos campanarios con sendas campanas. Finalmente, en el tercer piso está instalado el Reloj. Las restantes caras son de albañilería de ladrillo, revocada y pintada.
Según la tradición local, del castillo partía un túnel hecho por los moros para acceder a la Ribera de Medellín a unos 2 kms., para poder acceder al suministro de agua. Otra tradición refiere de un segundo túnel que terminaba en la Iglesia Parroquia.