Idanha-a-Velha es uno de los más destacados conjuntos arqueológicos de Portugal en el que se enclavan las «Muralhas e Torre de Menagem», el objetivo de esta entrada. Para mi parecer este rico patrimonio no está suficientemente valorizado, por lo menos en el momento en que visité la aldea, que por cierto pertenece a la Red de las 12 aldeas históricas de Portugal.
La historia de Idanha hunde sus raíces en la prehistoria, pero cuando realmente tenemos noticias de la población es a partir del año 16 a.c., si bien su fundación se atribuye a la época de Julio César. En la época del emperador Augusto aparece nombrada como Civitas Igaeditanorum formando parte de la Vía que unía Mérida con Braga. En el siglo I se construyó probablemente un templo a Venus y el puente sobre el río Ponsul.
Sería entre los siglos III y IV cuando se construirá la muralla que rodeaba a la población con un perímetro aproximado de 750 m. Una cerca que disponía de dos puertas y de seis torres cilíndricas y una cuadrangular.
También tuvo un papel destacado en la época visigoda, pues fue sede del obispado de Egitânia en 561 cuando fue construida la catedral de Santa María que todavía tras las transformaciones sufridas podemos contemplar.

Posteriormente hay fuentes musulmanas que atestiguan la prosperidad de la población denominada entonces Eydaiá, durante los siglos IX y X.
En el siglo XII fue conquistada por las fuerzas de Afonso I, que donó en 1165 los dominios de Idanha-a-Velha y Monsanto a los Templarios con el encargo de proceder a su repoblación y la defensa de la recién constituida frontera ante el Reino de León por el este y ante el imperio Almohada por el sur. Idanha-a-Velha se enlazaba así con el Castillo de Monsanto, situado a 5km y con el que mantiene contacto visual.

La muralla medieval se construyó sobre la romana que rodeaba la villa recibiendo varios impulsos. El primero de ellos en tiempos de Sancho I fue l, alrededor de 1208, pero para entonces la sede episcopal de Egitânia ya había sido transferida a Guarda. El segundo impulso dado a la muralla medieval fue en tiempos de Sancho II, que había otorgado foral a la ciudad en 1229. Bastante más tarde, en tiempos de Manuel I que había confirmado el Foral de la Villa en 1510, la muralla fue también renovada.

Erguidas sobre las primitivas murallas romanas, las murallas medievales presentan trazado ovalado, contando con cuatro puertas orientadas a cada uno de los puntos cardinales. La puerta sur, en arco pleno, está flanqueada por torre de planta cuadrada. En el lado oeste se observan vestigios de dos torres cuadradas y una más, semicircular. La «Puerta del Sol», que estaba orientada a levante, ya no existe, quedando tan sólo por la interrupción en la cortina de la muralla. La puerta norte, que es la que nos recibe cuando llegamos a Idanha, presenta doble arco lleno, flanqueada por dos torres de planta semicircular.

Por su parte, para reforzar el sistema defensivo en esta zona de la Beira Baixa, los Templarios procedieron a construir un castillo en torno a 1245, del que solo resta la Torre del Homenaje, llamada también Torre de los Templarios.
Se trata de una gran torre de planta rectangular construida sobre el templo principal del Foro de la ciudad romana. Conjuga diferentes tipos de aparejo y su base dispone de escalones. Cuenta con dos pisos, en el primero de los cuales, en la cara norte, existe una puerta en arco quebrado. También en el segundo piso existe una puerta en arco completo. Al este, norte y sur, se encuentran varias saeteras.

Pese a su historia, a partir del siglo XVI la villa comienza un claro proceso de decadencia, que se materializó en 1879 cuando el municipio fue extinto y pasó a formar parte del de Idanha-a-Nova como freguesía de la misma.
Las “Muralhas e Torre de Menagem de Idanha-a-Velha” se encuentran incluidas en el “Conjunto arquitectónico e arqueológico de Idanha-a-Velha”, que fue clasificado como Monumento Nacional en 1997.