Aunque algunos autores plantean que la edificación del «Forte da Lagarteira» se remonta al periodo de la Guerra de la Restauración (1640-1668), parece que es más correcto asignarlo a la época de Pedro II de Portugal (1667-1705), bajo cuyo reinado se continuó la fortificación de la frontera del Miño y la costa atlántica.
Para la bahía que forma la desembocadura del rio Áncora, se decidió la construcción del Forte do Cão al sur de la misma, en Gelfa, en tanto que, al norte, cubriendo fuegos con este y defendiendo el puerto, se edificó el Forte da Lagarteira, también denominado Forte de Áncora. La obra se inició en la década de 1609, quedando finalizado entre 1669 y 1702.
Su estructura obedece al modelo establecido en la época para la edificación de las fortalezas implantadas en el Alto Miño, cuya planimetría constituyó un avance en el sistema de defensa y vigía.
La fortaleza presenta planta estrellada, formada por cuatro baluartes laterales y batería de tres caras en la fachada posterior, orientada hacia el mar. Los muros del fuerte poseen en toda su extensión una moldura encima de la cual se encuentra el parapeto. En las cuatro esquinas se situaron garitas facetas. En el centro del frontispicio se abre el portal de arco pleno, sobre el que se colocó el escudo de Portugal coronado y flanqueado por volutas.
En el interior, una pequeña plaza de armas acoge tres construcciones con cubiertas a un agua y dos rampas de acceso al adarve y a la azotea.
Curiosamente el Forte da Lagarteira conserva reminiscencias de raíz medieval como un balcón cerrado sobre tres modillones situado en el muro que mira al este.

Fue clasificado como Inmueble de Interés Público en 1967, recibiendo obras de mejora en el último cuarto del siglo XX. Sin utilización concreta durante años, hoy acoge actividades culturales bajo dependencia del Ayuntamiento de Caminha.

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