Tras la imprescindible visita al Paço de Giela continuamos por la N202 hacia el Noroeste para conocer la «Torre de Grade», también conocida como «Torre de Faro». Es una de las tantas torres señoriales que se construyeron en la Baja Edad Media en el valle del Lima
Los orígenes de la torre se remontan al siglo XV, con mayor precisión el momento en que Álvaro Pires de Grade (esposo de Dona Branca Lopes Pacheco, que pertenecía a una de las familias más importantes de Portugal en la segunda mitad del siglo XIV) ordenó la construcción de esta torre señorial para su residencia.
De esa época, se conserva todavía parte de la estructura acastillada, típicamente bajomedieval, coronada por merlones armónicamente dispuestos que refuerzan el aspecto militar que la construcción original pretendió evidenciar. Dispone de ventanas en los alzados laterales y posterior
A finales del siglo XVII, tras pasar por varios propietarios, se produjeron reformas en la estructura de la torre y se construyó un ala residencial adosada. Esta es de planta rectangular de dos pisos, en aparejo un tanto anárquico que alterna los grandes sillares con piedra menuda consolidada con mortero.
Esta ala se divide en dos pisos claramente diferenciados en términos funcionales: la planta baja se destinó a servicios, mientras que el piso noble impone una cierta simetría al alzado, con puerta central (de arco recto y con acceso a través de una escalera exterior de piedra protegida por barandilla de hierro) flanqueado por ventana rectangular de guillotina, faltando la del lado opuesto.
En 1978 fue declarada Inmueble de Interés Público. En la actualidad, y a pesar de las múltiples transformaciones que ha sufrido a lo largo de los siglos y el abandono que padece, su modesta silueta recuerda aún su pasado medieval, al tiempo que muestra el estatuto relativamente secundario de la propiedad a lo largo de la historia. La Torre de Grade permanece así como una referencia bajo-medieval en el paisaje del Alto Miño, evocadora de la organización señorial del espacio y de las múltiples alteraciones que se sucedieron en los edificios residenciales de la nobleza agraria portuguesa.
Torres, castillos y fortalezas 