Mós es una pequeña freguesía de Torre de Moncorvo, una antigua villa medieval a la que D. Afonso Henriques, en 1162, concedió carta foral.
Los restos del «Castelo de Mós» se encuentran en una pequeña elevación, cubierta hoy de vegetación, al norte de la población. Aunque se desconoce la fecha exacta de su fundación, su existencia estaba ya documentada en las Inquirições Alfonsinas, anteriores a 1258.
No fue una fortificación que adquiriera mucha relevancia. La cerca era de pequeñas dimensiones, lo que justificaba la afirmación realizada por D. Fernando, en 1372, de que el pueblo “no se defendía ni podía defender por sí”.
De hecho, pronto comienza un proceso de despoblación de la villa que se acentúa al final de la Edad Media, en favor de la localidad vecina de Carviçais. En el intento de detener este proceso, aún antes de 1450 se estableció un “couto de homiciados” en Mós, y el Consejo pidió a la Corona nuevos privilegios a él relacionados.
Pero el llamado “Numeramento” (el primer censo importante de la población portuguesa que fue ordenado por João III y se inició en 1527), refiere que la cerca estaba «derribada» en algunas partes y que en ese momento sólo contaba con 43 habitantes frente 54 en la vecina aldea de Carviçais.

Esta situación se prologó y acentuó en los siguientes siglos. En el XIX Mós perdió el carácter de municipio convirtiéndose en freguesía de Torre de Moncorvo. Desde 1955 los restos del castillo fueron clasificados como Inmueble de Interés Público.
El castillo era de pequeñas dimensiones de forma ovalada, en estilo románico. La muralla, en piedra de esquisto menuda, estaba abierta al sur por una puerta que comunicaba con el arrabal de la villa medieval. La Iglesia de Santa María de Mós se eleva anexa exteriormente al lado norte de la cerca en una ubicación poco habitual, principalmente por quedar opuesta a la villa.
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