Las fuentes históricas en relación a la fundación del «Castelo de Alcobaça» son confusas e incluso contradictorias. Las hipótesis más aceptadas sitúan el origen del castillo en una edificación visigoda de los siglos VI o VII, reedificada y ampliada por los árabes a partir de 716. Posteriormente sería conquistado por D. Afonso Henriques en la campaña que extendió las fronteras cristianas hasta el Tajo, en torno a 1147. Pero entre 1191-1195 duranta la campaña almohade habría sido reconquistado y parcialmente destruido por los árabes. Por ello Sancho I en el tránsito del siglo XII al XIII manda reconstruir el Castillo como defensa del recién fundado monasterio cisterciense ante futuras incursiones árabes

En 1369, en el marco de las guerras fernandinas se procede al refuerzo del Castillo con una barbacana y a realizar reparaciones, a costa de un impuesto lanzado a la población. Posteriormente se coloca bajo el control de la Orden de Avis.
Un terremoto en 1422 provoca graves daños, pero es restaurado en 1424. Por su parte D. Frei Gonçalo Ferreira rehace la Torre del Homenaje en 1450. En 1627 se producen nuevas reparaciones, determinando que la torre Este funcione como prisión.
El terremoto de 1755 provocó daños irreparables en el castillo, que perdió, desde esta fecha, la función de alcaidía, y la torre albarrana se derrumbó, dejando de poder ser usada como prisión.

Ya el castillo no se recuperaría nunca. En la primera mitad del siglo XIX, bajo el reinado de María II de Portugal sin ningún papel estratégico o defensivo, ya extinguido el monasterio (1834), el castillo pasó a manos del Ayuntamiento de Alcobaça que en 1838 determinó arrasarlo y utilizar las piedras como cantera para nuevas construcciones de la villa. Hasta 1855, fueron donadas y vendidas miles de carretadas de piedra diversa y cantería. El castillo fue considerado como extinto en las Actas del Ayuntamiento en 1854.
No obstante, en el siglo XX se produjeron actuaciones arqueológicas de recuperación de las ruinas y en 1978 fue clasificado como Inmueble de Interés Público.
Descripción
A través de las ruinas conservadas y las excavaciones realizadas en el monte donde se sitúa el castillo, se puede afirmar que tenía una orientación noroeste / sureste, un área interna de unos 700 m² y que presentaba una planta rectangular, que se estrecha ligeramente hacia el sureste. Sus muros eran reforzados por siete cubos de planta cuadrangular, cuatro en las cortinas noreste y tres al suroeste, y además un torreón destacado por el lado oeste (torre del homenaje), orientado hacia el Monasterio
En el noroeste, entre la barbacana y el castillo, se ubicaba la torre albarrana, también denominada «Torre de los Siete Sobrados«, de planta cuadrada, con un área interna de unos 40 m² y ligada al castillo por una poterna, de la que hoy nada subsiste.
La barbacana presentaba planta ovalada, con entrada localizada al sureste, estando reforzada en el lado oeste por cuatro cubos, uno de ellos de planta cuadrangular, dos semicirculares al norte, y otro, de mayores dimensiones, de planta cuadrada y que aún conserva una saetera, orientado al noreste. Los cubos de la barbacana estaban estratégicamente ubicados en el lado de más fácil acceso al castillo.
El conjunto tendría dos entradas, una junto a la torre albarrana, que fue posteriormente cerrada en fecha indeterminada, y otra entre la torre del homenaje y el cubo virado al noreste, con puerta arqueada, encimada por una ventana.
La defensa era complementada también por un foso, desaparecido.

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