La «Praça-forte de Campo Maior» se localiza en plena Raya Alentejana, a 10km. De la frontera con España y a 18 km de Badajoz y de Elvas, lugares que se avistan desde las torres del castillo. Después de Elvas es la fortificación más importante del distrito, y jugó un significativo papel estratégico en la defensa del reino de Portugal frente a España.

La época medieval
Campo Maior fue conquista a los musulmanes en 1230 por el rey de Castilla y León que la incorporó a sus dominios. Tras su conquista, Alfonso X el Sabio en 1255 le concede la categoría de villa, siendo el obispo de Badajoz quien unos años después le concede fueros propios. Luego fue conquistada por tropas portuguesas entre 1295 y 1296, incorporándose definitivamente al reino de Portugal por el tratado de Alcañices, junto con Olivenza y Ouguela, que fue firmado por D. Dinis I y Fernando IV de León y Castilla
En 1388 sufrió un duro asedio por las fuerzas de João I de Portugal ya que el castillo había tomado partido en la crisis de sucesión por Beatriz de Portugal.
Más tarde en tiempos de João II (1481-1495), ante el crecimiento de la población y su importancia estratégica sobre la Raya, se erigió una nueva cerca envolvente que cerraba toda la villa dentro de las murallas.
Los trabajos proseguirían en el Reinado de Manuel I, cuando fue reflejada por Duarte de Armas en su “Livro das Fortalezas» (1509).

Des finales del siglo XV, muchos de los perseguidos por la Inquisición en Castilla se refugiaron en Portugal, y muchos de ellos fijó su residencia en Campo Maior produciéndose un significativo aumento de población. También era numerosa la población judía de la villa en el siglo XVI, acusados muchos de ellos por la Inquisición de judaísmo.
Tras la guerra de la restauración de la independencia
Tras la proclamación de la independencia en 1640 frente a España, el Consejo de Guerra desarrolló un plan de refuerzo de las defensas de las fronteras frente a España, adaptando las antiguas fortificaciones medievales a los nuevos tiempos de la artillería.
A partir de 1644 comenzaron las obras de construcción de las nuevas murallas abaluartadas bajo la dirección del ingeniero francés Nicolau de Langres. Se calcula en que la segunda mitad del siglo XVII una de cada cuatro personas residentes era militar. Durante algún tiempo fue el cuartel principal de las tropas mercenarias neerlandesas destacadas en el Alentejo. Así, la villa se convirtió en esa época en el más importante centro militar del Alentejo, después de Elvas.
Las obras y reparaciones en las murallas continuaban en 1662 dirigidas por Luís Serrão Pimentel. Mas tarde de la guerra de sucesión española, en 1712 la Plaza sufrió durante seis días el cerco y bombardeo de las tropas españolas, que causó graves daños pero que no logró forzar su rendición.
Pocos años más tarde, el 16 de septiembre de 1732, la caída de un rayo sobre la antigua Torre del Homenaje, hizo que se produjera una enrome explosión del polvorín de la fortaleza, allí situado. A la violenta explosión le siguió un vasto incendio, que provocó 1.300 heridos o muertos (alrededor de un tercio de la población de la villa), y además consumió más de la mitad de las viviendas de la villa, arrasando el castillo y la muralla medieval.
João V determinó la rápida reconstrucción de las defensas, entre ellas la construcción de un nuevo almacén de la pólvora, realizado por Manuel de Azevedo Fortes.
Un nuevo cerco sufrió por las tropas españolas bajo el mando de Manuel Godoy en 1801, que en esta ocasión rindió la plaza tras 18 días.
También fue Campo Maior testigo de los enfrentamientos con las tropas francesas. En 1808 una sublevación victoriosa con el apoyo del ejército de Badajoz. Luego en 1811 una tenaz resistencia frente a los franceses que permitió la llegada de los refuerzos luso-británicos bajo el mando de Beresford (que recibió el título de marqués de Campo Maior).
En 1911 el Castillo de Campo Maior fue clasificado como Monumento Nacional. A partir de ahí se produjeron tres campañas de consolidación y restauración de las fortificaciones, en 1940, 1960 y 1980. Finalmente se ha aprobado en 2017 un proyecto de recuperación de la fortificación abaluartada.
El castillo y cerca medieval
Tanto el castillo como la cerca tardo-medieval están orientados hacia el territorio español, formando parte de una primera línea de defensa del Alentejo, junto a los castillos de Ouguela, Elvas, Olivenza y Juromenha.
Las murallas almenadas del castillo fueron construidas en albañilería de piedra en hileras, morteros con cal, identificándose algunas partes de sillería. Las murallas están coronadas por un adarve y fueron originalmente reforzadas por seis torres de planta rectangular, también almenadas, de las hoy sólo subsisten dos. Las torres presentan, en su interior, sala con techo abovedado al nivel del adarve; la torre al norte ostenta una ventana en estilo renacentista.
La cerca tardo-medieval de la villa presenta planta trapezoidal, reforzada con siete torreones: seis de planta rectangular y uno octogonal, al noreste, defendiendo la puerta de entrada. Las murallas y torres se presentan rebajadas para permitir el tiro a barbeta de las cañoneras. Sólo una de las torres, al suroeste, junto a una de las puertas falsas, presenta almenas; en el sector sudeste, se destaca la Capilla del Señor de los Afligidos.
La cerca abaluartada
La fortificación abaluartada presenta planta con la forma de un polígono irregular de 10 lados con algunos tramos de cortina ya desaparecidos.
Diez baluartes complementaban la defensa; partiendo del sector sur en el sentido de las agujas del reloj, se encuentran:
- Baluarte de la Boa Vista;
- Medio-baluarte de São Sebastiãoy Portas da Vila;
- Medio-baluarte de Lisboa;
- Medio-baluarte del Curral dos Coelhos;
- Baluarte de Santa Cruz;
- Baluarte del Cavaleiro de São João;
- Medio-baluarte del Príncipe;
- Baluarte de la Fonte do Concelho;
- Medio-baluarte de São Francisco;
- Medio-baluarte de Santa Rosay poterna.

El conjunto todavía posee el foso y la contraescarpa en buena parte de su extensión, especialmente de sur y nordeste, así como 4 revellines. El foso es muy destacable ya que se trata del único ejemplar de foso acuático construido en el país, teniendo en el proyecto tres riberas que confluían para su alimentación.
Esta defensa era ampliada por los fuertes del Cachimbo y de São João, ambos demolidos bajo el reinado de D. João V (1706-1750) por razones estratégicas.
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