Cerca urbana de Coimbra

El castillo de Coimbra se erguía en la zona más alta de la ciudad, donde hoy se sitúa la Plaza D. Dinis, en plena ciudad universitaria. A finales del siglo XVIII fue derruido por la reforma pombalina de la Universidad de Coimbra y desaparecidos sus vestigios en las sucesivas modificaciones de la ciudad universitaria

Desde este castillo se iniciaba la cerca de murallas de la ciudad, rodeando la ciudad y que presentaba forma aproximadamente oval, con una extensión de cerca de 1.800 metros, abarcado un área de cerca de 22 hectáreas. Su forma y estructura estuvo condicionada por las características de la colina donde se asienta la misma.

La muralla de Coimbra fue edificada en el período tardo-romano. Esta cerca en el correr de los siglos y bajo el dominio visigodo, islámico o cristiano sufrió sucesivas obras de conservación y alteraciones puntuales.

Hoy esta cerca es prácticamente imperceptible porque fue desmantelada poco a poco por la ampliación urbana y la utilización de sus materiales para la construcción de casas, muchas de ellas instaladas sobre la propia muralla.

Actualmente identificadas, siguiendo el sentido de las agujas del reloj, se encuentran las siguientes: Porta y Torre de Almedina, Porta Barbacã (Arco Pequeno de Almedina), Torre da Contenda (Paço de Sub-Ripas), Torre do Anto, Porta Nova (en el Colégio San Agostinho), dos torres (en el Laboratório Químico), Porta do Sol flanqueada por dos torres, Porta da Traição (rua do Arco da Traição), Couraça de Lisboa, Torre da «Muralha» (Couraça de Lisboa, adaptada a mirador de una residencia), Torre e Porta de Belcouce (Governo Civil), Torre de D. Joana y Torre do Trabuquete (R. Fernandes Tomás).

Porta e Torre de Almedina

Como su nombre indica era la entrada principal de la ciudad. Se accedía a ella a partir de la Porta da Barbaça. Si situaba en la parte más baja de la cerca medieval y su edificación se podría remontar a la época del conde Sesnando Davides, que conquistó Coimbra en 1064.

Inicialmente era defendida por dos cubos avanzados que más tarde fueron ligados por medio de un arco sobre el cual fue levantado un fuerte torreón. Puerta y torre sufrieron numerosas reformas a lo largo de los siglos. Su aspecto actual podría ser resultante de una reforma en el inicio del siglo XVI por orden de Manuel I.

Esta torre era una de las más imponentes del perímetro de la muralla, debido a su importancia estratégica, ya que constituía el acceso de mayor importancia civil y militar a la ciudad.

Porta da Barbacã

En este trecho mas vunerable de la muralla entra la Puerta de Almedina y a la Belcouce, fue necesario reforzar la defensa construyendo una segunda cintura amurallada o barbacana.

Su puerta, en arco roto, típica de las fortificaciones del período manuelino, también llegó a nuestros días, siendo confundida con la propia puerta de la Almedina a la que, en realidad, antecede.

Torre da Contenda (Paço de Sup-Ripas)

La Torre da Contenda, protegía las puertas de Almedina y Novaprotegia as portas de Almedina e a Nova, así como la judería que se encontraba en el cerro unos metros abajo. De acuerdo con las fuentes históricas y bibliográficas, se sabe que esta torre se encontraba adosada al paño de muralla que delimitaba el entonces centro urbano. Se atribuye su construcción al período medieval, aunque en las invasiones de las tropas de Fernando Magno (siglo XI) la Torre de Anto ya estaba construida, pues surgen referencias específicas en los relatos de la época.

A principios de siglo XVI (1524) es vendida al licenciado João Vaz que construye el Paço de Sobre Ripas en parte sobre la vieja torre y también el arco que pasa a conectar la casa a los edificios del otro lado de la calle, transformados posteriormente en residencia con ornamentos renacentistas.

El Paço se constituye en dos cuerpos distintos: La Casa de Arriba o Casa del Arco y la Casa de Abajo o Casa de la Torre. La Casa de Abajo pertenece al Instituto de Arqueología de la Facultad de Letras, y la Casa de Arriba es de propiedad privada

Torre do Anto

Integraba la cerca medieval de la ciudad, aproximadamente en la mitad de la mayor de sus laderas. Como otras torres de aquella cerca, perdida su función defensiva, fue transformada en unidad habitacional en la primera mitad del siglo XVI. Fecha de este período a su designación como Torre del Prior del Ameal, así como su actual apariencia, con cambios menores posteriores.

Esta torre es conocida por haber sido la residencia del poeta António Pereira Nobre (1867-1900), cuando era estudiante, a finales del siglo XIX. Una placa epigráfica fijada en la fachada de la torre explica el origen del nombre de la torre:

«Esta Torre de Anto fue así llamada por Antonio Nobre, el gran poeta del Sol, que en ella vivió y la cantó en sus versos, y la habitó más tarde Alberto d’Oliveira, ilustre escritor y diplomático, el gran amigo de Antonio Nobre y de la Coimbra amada”.

De pequeñas dimensiones, presenta planta cuadrangular, con cuatro plantas interconectadas entre sí por una escalera en caracol. Su cubierta es en tejado cuatro aguas.

Breve historia de Coimbra

Antigüedad clásica

Inicialmente la ciudad construida en una colina sobre el Mondego fue llamada por los romanos Æminium. Más tarde, la ciudad fue tomando importancia por la confluencia del tráfico norte-sur que conectaba la ciudad romana Bracara Augusta (Braga) y Olissipo (Lisboa) y además su acceso al Mondego que fluye a través del municipio y proporcionaba una ruta fluvial entre las comunidades del interior y las ciudades costeras. Por ello en la época visigótica se convirtió en diócesis y tomó el nombre de su ciudad vecina en decadencia, la llamada Conímbriga, en lo que es hoy Condeixa-a-Nova.

Época musulmana

Tras las primeras campañas musulmanas, en 714, Coímbra capituló a Musa ibn Nusair. A pesar de que no fue un gran asentamiento en el contexto de al-Ándalus, Qulumriyah era el centro urbano más grande en la región al norte del valle del Tajo, y la ciudad se tornó en un recinto amurallado de 10 hectáreas, con una población de entre 3000 y 5000 habitantes y lugar estratégico comercial entre el norte cristiano y el sur musulmán.

Las invasiones cristianas obligaron a las fuerzas musulmanas a abandonar temporalmente la región. Sucesivamente los moros volvieron a tomar la ciudad entre 987 y 1064 y nuevamente en 1116.

Desde la Conquista cristiana hasta la Crisis dinástica de 1383-1385

En 1064 la ciudad fue reconquistada por Fernando I de León, quien nombró a Sisnando Davídiz para reorganizar la economía y la administración de las tierras que rodean la ciudad. Coímbra renace y se convierte en la ciudad más importante al sur del Duero, capital de un vasto condado gobernado por el mozárabe Sisnando Davídiz.

Con el Condado Portucalense, el conde Enrique y la reina Teresa la convirtieron en su residencia, y vería nacer entre sus seguras murallas al primer rey de Portugal, Alfonso I de Portugal, que la nombraría capital del Condado, en detrimento de Guimarães. Hasta 1255 Coímbra no perdió este privilegio, cuando la capital portuguesa pasó a ser Lisboa.

En el siglo XII, Coímbra presentaba ya una estructura urbana dividida entre la ciudad alta, designada como Alta o Almedina, donde vivían los aristócratas, los clérigos y, más tarde, los estudiantes, y la ciudad Baja, junto al río Mondego, la zona del comercio, los artesanos, así como de otras actividades laborales, además del antiguo y del nuevo barrio judío. La ciudad estaba rodeada por una muralla fortificada. la Puerta de Almedina (Porta da Almedina). Mientras tanto, en la periferia, varias aglomeraciones del municipio comenzaron a crecer, sobre todo alrededor de los monasterios y conventos que se desarrollaron en Celas, Santa Clara y Santo António dos Olivais.

Desde la Dinastía de Avís hasta la Restauración de la Independencia de Portugal.

En los siglos XV y XVI, durante la era de los descubrimientos, Coimbra fue de nuevo uno de los principales centros artísticos de Portugal gracias al mecenazgo local y al mecenazgo real.La Universidad fue transferida definitivamente a las instalaciones del Palacio Real de Coimbra en 1537 por el rey Juan III, y fue expandida en 1544 para ocupar el Palacio Real de Coimbra. Desde mediados del siglo XVI la historia de la ciudad gira en torno a la Universidad de Coímbra. Durante muchas décadas, varios colegios fueron establecidos por las órdenes religiosas que proporcionaban una alternativa a la institución oficial de la Universidad, pero acabaron gradualmente con la secularización de la educación en Portugal.

Dinastía de Braganza

En 1772, el Marqués de Pombal, primer ministro del rey José I, llevó a cabo una profunda reforma de la universidad, donde el estudio de las ciencias obtuvo una gran importancia. Las colecciones de instrumentos y otros materiales científicos adquiridos desde entonces están hoy en día reunidas en el Museo de la Ciencia de la Universidad de Coimbra, y constituyen algunas de las más importantes colecciones sobre la historia científica de Europa.

A partir del siglo XIX la ciudad empieza a expandirse más allá de la cerca amurallada, que llega incluso a desaparecer por las reformas llevadas a cabo por el Marqués de Pombal.

La primera mitad del siglo XIX fue un tiempo difícil para Coímbra, con la ocupación de la ciudad por las tropas de Junot y Masséna, durante la invasión francesa y, posteriormente, la extinción de las órdenes religiosas. Durante la segunda mitad del siglo XIX, la ciudad recuperó el esplendor que había perdido, con mejoras en la infraestructura, como el telégrafo eléctrico (1856) y la iluminación a gas (1864). Em 1864 fue inaugurado el sistema ferroviario y 11 años después nace el puente ferroviario sobre el río Mondego.

República

En el siglo XX, concretamente el 1 de enero de 1911, los tranvías eléctricos fueron inaugurados para conectar el casco antiguo con la periferia de Coímbra, en expansión. Esto fue sólo el inicio del crecimiento del municipio. Proyectos de construcción civil en toda la región marcaron la actividad económica del territorio. En 1940 se construyó una nueva ciudad universitaria que acabó con los pocos vestigios que quedaban del castillo

El conjunto de los restos amurallados fue clasificado como Monumento Nacional en 1910.

La leyenda de Martim de Freitas

Tras su deposición en 1245, y siendo nombrado regente su hermano el infante D. Afonso, Sancho II se refugió primero en Toledo, en el reino de Castilla. Reza la leyenda que Martim de Freitas, alcaide del Castillo de Coimbra, fiel a D. Sancho II, a quien hube prestado vasallaje, rechazó a entregar el castillo al regente, soportando un largo cerco, iniciado en 1246. Informado del fallecimiento del soberano en aquella ciudad castellana (enero de 1248), pidió, y obtuvo, un salvoconducto y fue, por sus propios medios, a certificar la defunción. Al llegar, abierto el ataúd, depositó las llaves del castillo sobre el cadáver de su señor, retirándolas enseguida para entonces entregarlas al nuevo soberano, su nuevo legítimo señor.