El llamado “Castelo de Arraiolos”, que también se conoce como “Paço dos Alcaides”, es en realidad el conjunto de «Castelo y Cerca Urbana de Arraiolos». Se trata de una fortificación edificada en el contexto de la campaña de reforzamiento defensivo de la época de D. Dinis en el Alto Alentejo dentro de la red territorial del ducado de Bragança. Esta fortificación de Arraiolos posee una excelente situación estratégica ya que forma parte de la línea más interior de protección de la frontera terrestre en el camino de acceso a Lisboa. Esta segunda línea aprovechaba los puntos de mayor altitud. De hecho, desde el punto más alto de Arraiolos se tiene un avistamiento enorme: Évora, Monsaraz, Redondo, Evoramonte, Vimieiro, Estremoz, Alter do Chão, Cabeço de Vide, Fronteira, Avis, Pavia, Águias, Lavre e Montemor-o-Novo.
Una somera descripción
Se trata de una cerca urbana de trazado circular, implantada en la cima de un monte en forma troncocónica casi regular de constitución granítica, a 387 metros sobre el nivel del mar, y al suroeste de la ribera del Divor.
La cerca constituye un recinto macizo de planta casi totalmente circular con la zona suroeste ligeramente más recta, acompañando la irregularidad del terreno. Al contrario de lo que es común en la fortificación gótica alentejana, la cerca de Arraiolos presenta torreones de sección cuadrada y no semicircular. Está construida en albañilería y coronada por merlones cuadrangulares. Dos escaleras adosadas al muro dan acceso al adarve que circunda toda la muralla.
En la zona oeste se abre la Puerta de Santarém, orientada hacia la misma ciudad, flanqueada por dos cubos de planta cuadrada y constituida por vano en arco roto en el lado exterior y arco abatido en el lado interior.
Además de la Puerta de Santarém, la muralla se encuentra interrumpida en la sección sudeste, junto a la Torre del Homenaje, donde estaría anteriormente la Puerta de la Villa. En la misma zona, un poco más hacia el este, se sitúa la Torre del Reloj, de planta cuadrada, insertada en el muro por la cara oeste. Se encuentra enfoscada y encalada, contrastando con la albañilería de piedra a la vista del resto, y es rematada por un corolario cónico rodeado de cuatro pináculos, también cónicos, de menores dimensiones y pintados de azul claro. En la cara orientada hacia extramuros, se encuentra un reloj circular con friso pintado del mismo color y fondo negro, del cual parte una antena. Aún en la misma cara, en la zona de la base, existe una puerta de aluminio verde. La torre tiene también acceso desde el recinto interior, a través de escalera de cinco escalones, que parte del adarve, ligando a la cara norte de la torre.
En su interior sólo se conserva un edificio -la Iglesia del Salvador-, que sirvió como matriz de la villa hasta el siglo XVII, orientada en el sentido suroeste-nordeste, presentando planta en forma de cruz latina, construida en la misma época de la cerca, y reconstruida en el siglo XVI.
El Castillo o Paço de los Alcaides se encuentra inserto en el paramento sur de la cerca, ligado al resto de la muralla a través del adarve. Es de planta cuadrangular, integrando la torre del homenaje que también es de planta cuadrada y dos torres semicirculares, elementos todos ellos muy arruinados. Y está compuesto por tres áreas distintas: cuerpo de la guardia, el patio de armas y la morada palaciega de los alcaides.

La historia de la fortificación
Al Norte de la ciudad, existe una primitiva ocupación humana posible poblado neolítico o del Bronce en el llamado Monte de San Pedro, que se remonta a 2.500 a.c. En el lugar donde está erigida la cerca medieval hallazgos arqueológicos muestran una población prerromana, en torno al 1000 ac.
La población fue conquistada por los alanos en el 414 y luego por los musulmanes en 716, que es posible que edificaran algún tipo de torre de alquería, pero no existe constancia ni documental ni arqueológica.
Lo cierto es que ya la zona en manos cristianas, Arraiolos es una “herdade”, una gran hacienda sobre la que existen disputas de posesión, acabando en 1271 en manos regias tanto la población como sus dominios
Durante el reinado de D. Dinis, las necesidades de defensa aconsejan el levantamiento de una cerca que se realiza por contrato entre el rey y el municipio de la villa en 1305. Este contrato determinaba levantar 207 brazas de muro de 3 brazas de alto y una de ancho, con dos puertas y torres de defensa de las mismas
Las obras de la cerca comienzan en 1306 y quedan concluidas en 1310. El Paço de los Alcaides quedó listo en 1315. Aunque en 1367 el rey Fernando I renovó el señorío de la villa a Rodrigo Afonso de Sousa, lo cierto es que la zona intramuros no terminaba de poblarse. Por ello en 1371 el soberano concedió una carta de privilegios a quienes habitasen el área de intramuros de Arraiolos, tales como el perdón de las deudas o la dispensa del requisito de permiso para aposentarse. Estas iniciativas regias fueron confirmadas por los reyes João II, Manuel I y João III de Portugal
Para 1379, con ocasión de la visita a Arraiolos del soberano, este recibió quejas de sus habitantes acerca de las vejaciones a las que los sometía el gobernador de la villa, sobre todo a nivel del permiso de aposentarse. Lo que le llevó a la redacción de la Carta de Composición entre los habitantes y D. Álvaro Pires de Castro, documento de compromiso a favor de la población que el alcaide firmó.
En la guerra de Sucesión de 1383-1385 la villa fue ocupada por las tropas castellanas bajo el mando de Pedro Ruiz Sarmiento, siendo incendiada por estas tropas en 1386 tras la toma de Évora. Por ello desde aquí partieron expediciones militares contra Castilla hasta 1390 bajo el mando del condestable Nuno Álvares Pereira. Vamos una época intranquila para los habitantes de la zona.
En 1489 bajo el reinado de João II de Portugal tuvieron lugar obras de reestructuración del Paço y de consolidación de la Torre del Homenaje
Los privilegios de los habitantes intramuros continuaron hasta 1544 en que fueron revocados por João III ante la pérdida de su función defensiva y el crecimiento de los arrabales. La despoblación del área intramuros se debió a su reducida área y a la mejor adecuación del arrabal para la actividad agrícola y sus comunicaciones.
De acuerdo con el “Livro de Lançamento das Sisas” (1573), de los 405 fuegos sobre los que recayeron los privilegios cedidos dos siglos antes por Fernando I, apenas 17 se encontraban ya en la zona de intramuros.
Pero todavía en la época de la Dinastía Filipina (1580-1640) estaba habitada el área de intramuros, siendo en el año 1599 el último en que las puertas se cerraban regularmente todas las noches reguladas por el toque de campana. Ya la población habitaba en las zonas vecinas a la fortificación.
A principios del siglo XVII la cerca ya no se encontraba guarnecida, y sus piedras estaban siendo reaprovechadas por la población. Por ello en 1613 la Cámara Municipal prohibió arrancar piedras de la cerca y del antiguo caserío, bajo multa o prisión. En 1616 se prohibió también mantener bueyes y animales dentro de intramuros, ya que el Paço dos Alcaides estaba siendo usado como corral.
Cuando empezó la Guerra de Restauración de la independencia, en 1641 los procuradores de Arraiolos pidieron al nuevo soberano João IV que reparase las murallas y su barbacana, para volver a habitar el espacio y dotarlo de equipamiento bélico. En realidad, sólo por cargo de la Cámara se llegaron a hacer nuevas puertas y otras obras de reparación. Pero en 1655 consta el mal estado de la cerca, en ruina parcial y con la barbacana derruida, la torre del homenaje muy damnificada y el Paço dos Alcaides inhabitable. Sólo permanecía la Iglesia del Salvador.
La fortificación y su área residencial fueron abandonadas finalmente en 1689 hasta la actualidad. Pero en 1910 el “Castelo e cerca urbana de Arraiolos” fueron clasificados como monumento nacional
A lo largo del siglo XX se desarrollaron varias campañas de intervención para consolidación y restauración de la cerca, castillo y torre del homenaje.
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