Os fortims do rio Guadiana

El sistema de fortificación de la margen derecha del río Guadiana durante la guerra de Restauración de Portugal es realmente ingenioso. En efecto, la defensa de los principales vados del río a partir de un fuerte aislado de reducidas dimensiones es una obra estratégica notable y el resultado, de una economía de medios que se impuso.

La probabilidad de un ataque a la ciudad de Beja cuyos muros medievales son prácticamente indefendibles, en un contexto de amenaza castellana con la caída de Serpa y Moura y ataques a Mértola, parecen haber motivado que los municipios del margen derecho del Guadiana, Vidigueira, Beja y Mértola, buscaran una solución defensiva diferente a la de los grandes fuertes permanentes.

La mayoría de los impuestos destinados a la fortificación abaluartada eran destinados a la conclusión de las plazas fuertes de la raya del Alto Alentejo, mucho más asediadas por Castilla. Los grandes fuertes eran caros, necesitaban guarniciones numerosas y su construcción lenta y compleja.

A eso se unía la necesidad de mantener el río Guadiana como última frontera defendiendo los pasos viables en el mismo de los posibles intentos de invasión castellana.

La solución fue, como se dijo, la construcción de pequeños fortines aislados servidos por una guarnición reducida para impedir el paso de las tropas castellanas por los principales lugares de vado del Guadiana.

El encargo lo recibió el que fue gobernador militar de Beja y su comarca, Cristóvão Pantoja. Y el resultado fue un conjunto de fortines sui generis, en forma de barco, de dimensiones variables, colocadas en la línea de agua, a lo largo de la margen derecha del río. El material aplicado en su construcción – dioritos, pórfiros, xistos, entre otras rocas volcánicas y sedimentarias de la región, calas y ladrillo, argamasados con cal y arena – es, en lo esencial, el mismo que se utilizó en los molinos ya preexistentes, cuya resistencia estaba suficientemente probada Y es natural que los propios molinos también hubieran servido de baluartes militares en la defensa de los vados en una primera fase y en una segunda de apoyo militar a los fortines recientemente construidos.

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Moinho en Quintos, Beja

Con las crecidas del río los molinos y fortines quedaban sumergido, aunque visibles, pero claro tampoco nadie podía atravesar el río. Se situaron normalmente entre dos sistemas de molinos controlando toda el área circundante y batiendo los vados más importantes para atravesar el río.

Según la investigación realizada por el artista e historiador Leonel Borrela (1955-2017), se han descubierto ocho fortines construidos en la margen derecha del Guadiana entre los municipios de Vidigueira y Beja. En el municipio de Vidigueira todos los fortines han desaparecido: el fortín del antiguo Porto de Moura fue demolido con la construcción del puente Moura-Vidigueira; y los fuertes de la Ínsuinha y el de la Rocha quedaron sumergidos tras la construcción de la presa de Pedrógão.

Localización
Localización de los fortines en el Guadiana

En el municipio de Beja se conservan cinco fortines: el Fortím do Laço y el de la Canada en Baleizão; el de Vale Beirão; el de Guinapa y el del Vau de D. Isabel en Quintos.

Siguiendo la terminología náutica del citado Leonel Borrela, se podrían describir los fortines de la siguiente forma: Sólidamente «anclados» sobre afloramiento rocoso en la margen derecha, la «proa» hacia arriba resistiendo y cortando las aguas que se vierten por los lados de «estribor, el del curso normal del rio y de «babor» el lado de tierra provisto de fosa. La «popa» es plana o redondeada.

Fortim do Laço ou da Varginha

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Fortim do Laço ou da Varginha

Como el resto está situado en la margen derecha del río Guadiana, construido en el período de la Guerra de Restauración de la Independencia (1640-1668). Su objetivo no fue solo la vigilancia de los lugares de vado del río, sino también garantizar el abastecimiento de trigo y ganado a las poblaciones del margen derecho. Originalmente, al igual que los molinos, los fuertes estaban totalmente enfoscados, para su mejor conservación.

Forte longo da Canada o das Águas Perdidas

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Forte longo da Canada o das Águas Perdidas

Es uno de los mayores fortines del río, similar al del Vaus de Cima o Dona Isabel, pero sin abovedar y sin troneras. Tiene cerca de 20 m de largo. Buen estado de conservación, sin embargo, la proximidad de la vegetación puede afectarlo.

Complexo do Forte de Vale de Beirão

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Forte de Vale de Beirão

Cerca del puente de Beja-Serpa existe un fuerte rectangular enpendiente, batiendo el margen contrario, sobre un conjunto notable de molinos -uno de ellos, largo, siguiendo la tipología de los fortines de la orilla del agua, en forma de barco, se dispone en la axial del río y es servido por un puente multiarqueado-. Este fuerte posee en el interior, esculpido sobre el reboco, una larga leyenda de difícil lectura. Está bien conservado, pero como en casi todos le falta el enfoscado y, posiblemente, una piedra de armas.

Fortim da Guinapa o de Azenha do Quintos

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Fortim da Guinapa o de Azenha do Quintos

Este es uno de los fortines más pequeños del período de la restauración. Está, como los otros, «anclado» en la orilla derecha del río, tomando la forma de un barco. Presenta varios desperfectos debido a las raíces, troncos y ramas de los árboles. Tiene fisuras bastante evidentes, sin embargo, mantiene la estructura fundamental aún con algún revoque.

Forte dos Vaus de Cima e de Baixo ou de Dona Isabel

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Fortim dos Vaus de Cima e de Baixo ou de Dona Isabel

Este es el fuerte más espectacular de todos los existentes en el río. Es como un gran «barco de piedra», de proa apuntada hacia arriba, cortando las aguas, de «popa» rectilínea, y «muros de babor y estribor» tal como en un barco. Tiene cerca de 22m de largo, 8m de ancho y 6m de altura. Provisto de troneras para el disparo de armas de fuego, con bóveda de ladrillo, protectora del interior y un parapeto protegiendo el camino de ronda.

Vigilaba y defendía uno de los principales pasos de vado del río – no olvidar el tradicional paso de la «gran vía» romana – y el buen funcionamiento de los molinos de Arriba y de Abajo. Su estado de conservación es razonable, casi no tiene revoque, y la bóveda está caída en gran parte, presentando en la parte delantera algunas fisuras preocupantes. El interior está cubierto de mucho material proveniente del derrumbe de partes del propio fortín y los arbustos van tomando posesión del edificio.

Nota: El texto de este artículo está entresacado de los trabajos de Leonel Borrela. No me ha sido posible aún la visita de estos fortines, que en el futuro se hará. Las fotos son por tanto de Leonel Borrela o de JM Bernabé en Público.

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