El “Castelo de Salir” se localiza en la población de Salir, perteneciente al término de Loulé enclavado en un cerro a 250 metros sobre el nivel del mar, disfrutando de una amplia visibilidad sobre los fértiles valles cercanos.
Historia
Aunque se atribuye una temprana ocupación celta, las prospecciones arqueológicas remontan su edificación al período del califato almohade, en el siglo XII, con el objetivo de proteger a los campesinos de los ataques cristianos. Fue conquistado por las tropas cristianas en 1189 por Sancho I. A partir de aquí se organiza la estrategia de conquista de Faro y Loulé (ambas en 1249). En el siglo XII se realiza una reparación y reforzamiento de las murallas. A finales del siglo XVI el castillo ya se encontraba en ruinas. Lo que se confirma en una información de 1841. En 1987 comenzaron las prospecciones arqueológicas en el interior de castillo dirigidas por Helena Catarino. Pero pese a las mismas el monumento no tiene ningún grado de protección, pero en el área excavada se ha abierto un Centro de Interpretación.
Características
Presenta planta oval siguiendo la disposición del terreno. La fachada principal está orientada hacia el sur donde el talud es menos acentuado.No se sabe con exactitud la ubicación de la puerta, aunque parece que debería estar en el sudeste del conjunto. El castillo se definía por cuatro paños de murallas aparadas por cuatro torres, todas cuadrangulares, de las que se conservan restos:
- Torre del Muro do Meio, implantada a nordeste que solo conserva poco mas de un metro;
- Torre de la Alfarrobeira en la vertiente más norte del castillo que conserva tres metros de altura
- Torre del Muro Maior, que era una torre albarrana en la vertiente nordeste
- Torre Sur, integrada hoy en construcciones posteriores que conserva prácticamente 4 metros de altura.
También son visibles dos paños de muralla al norte y un pequeño paño al sudeste conocido como «Muro da Sabedoira».
La leyenda de la mora de Salir
Una leyenda local afirma que la población debe su nombre a la hija del alcalde moro de Castalar, Aben-Fabilla. Amenazado por las tropas de D. Alfonso III, huyó del castillo, habiendo antes enterrado su tesoro, planeando regresar más tarde para rescatarlo. Cuando los cristianos abordaron el castillo, lo encontraron abandonado, ocupado sólo por la joven hija del alcalde, que rezaba con fervor. Interpelada, explicó a sus captores que había preferido quedarse en el castillo a salir.
De la cima de un monte vecino, Aben-Fabilla divisó a la hija cautiva de los cristianos y, con la mano derecha, trazó en el aire la estrella de Salomón, mientras que profería una fórmula mágica. En ese momento, el caballero don Gonçalo Peres, que hablaba con la mora, la vio transformarse en una estatua de piedra. La noticia de la mora encantada se extendió y un día la estatua desapareció. En memoria de ese extraño éxito quedó aquella tierra conocida por Salir, en homenaje al coraje de la joven mora. Aún hoy se cree que, en ciertas noches, la mora encantada aparece en las ruinas del castillo.
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