Ya en tiempos del Rey Dom Dinis, tras la conquista cristiana, se hizo preciso dotar a las defensas del Castelo de Moura de una serie de puestos avanzados de vigía, para advertir de la llegada de enemigos a la plaza. Una serie de atalayas fueron construidas a tal fin, de las que muchas sólo quedan vestigios, pero sorprendente otras muchas se han conservado hasta hoy.
Atalaia da Adiça
En la cima del monte de la Adiça, que está situado en la sierra del mismo nombre, a 4 km al suroeste de la población de Sobral da Adiça, y a 18,5 km al sureste de la fortaleza de Moura en línea recta, existen los vestigios de una antiquísima construcción castrense.
Dada su situación y naturaleza, es de creer que allí hubiera existido un castro lusitano de poblamiento, de la transición del neolítico al calcolítico, cuya historia se ignora y del que no existen leyendas ni tradiciones. Dada su ubicación, es cierto que habría desempeñado el papel de atalaya, desde las eras más remotas.

Atalaia da Coutada
En la cumbre del monte denominado Atalaia da Coutada, que se levanta a 0,8 km de la margen izquierda de la ribera de Toutalga, a 4 km en línea recta de la confluencia de esta ribera con la del Ardila, y a 5, 5 km su-sureste de la villa de Moura, en el lugar de la Coutada, existen los restos de una construcción castrense, y entre ellos una torre de albañilería que sirve de vivienda.
Dada su situación y naturaleza, se trata evidentemente de un castillo solarengo, construido en el reinado de D. Alfonso III, y que servía también de atalaya a la fortaleza de Moura.

Atalaia do Alvarinho
En la cumbre del otero denominado de la Atalaia de Alvarinho, que se levanta en la margen izquierda de la ribera de Toutalga, a 0,8 km al suroeste de su confluencia en la margen izquierda de la ribera del Ardila, en el azud del molino de su nombre y a 3,5 km al noreste de la villa de Moura, en la herencia de Alvarinho, todavía existe en buen estado de conservación una torre de albañilería que servía de atalaya. Tenía dos pisos, siendo la entrada por una abertura a cinco metros de altura mediante una escalera volante, que se recogía en el interior para mayor facilidad de defensa.
Tenía por fin vigilar el paso de la ribera del Ardila y los caminos que conduce a Moura, venidos de Amareleja y Noudar, y ligaba con la atalaya de Porto Mourão y la fortaleza de aquella villa.

Atalaia da Casinha
En la cima del otero denominado de la Atalaya de la Casinha, que se levanta a 2,5 km de la margen derecha de la ribera de Brenha, y a 6,5 km al sureste de la villa de Moura, en la herencia de los Machados, todavía existen restos de una torre de albañilería, que servía de atalaya.
Atalaia da Cerca
En la cima de la pequeña elevación denominada de la Atalaia da Cerca, cota de 262 m, que se levanta a 0,4 km al sur de la antigua villa de Santo Aleixo, y a 25 km al sureste de la fortaleza de Moura en el olivar de Guerra, existen las ruinas de una construcción castrense, cuya naturaleza y trazado es imposible de identificar. Se desconoce su historia, sabiendo que servía de atalaya.
Atalaia do Falcato
En la cumbre del otero denominado Falcato, cota de 238 m, que se levanta a 0,8 km al suroeste de la antigua villa de Santo Aleixo, y a 26 km al sureste de la villa de Moura, en la propiedad de Negreiros, existen las ruinas de torre de albañilería, que servía de atalaya.

Atalaia Gorda
En la cima del monte denominado de la Atalaia Gorda, que se levanta a 8,5 km al sureste de la confluencia de la ribera del Ardila con el Guadiana, y a 4,5 km al sur de la villa de Moura, existen los vestigios de una gran torre de albañilería, que servía de atalaya a la villa de Moura, por las bandas del sur, en las direcciones de Brinches, Pias y Sobral de la Adiça.

Atalaia Magra
En la cima del monte llamado de Atalaia Magra, que se levanta en la margen derecha de la ribera de Brenhas, a 3 km en recta al sureste de la confluencia de esta ribera con la del Ardila, y a 2 km de la villa de Moura, en el sitio de la Forza, existen los vestigios de una construcción y los restos de una torre de albañilería.
En cuanto a su situación y naturaleza, es de presumir que había consistido en un castillo solarengo, que servía también de atalaya, vigilando los caminos venidos de la frontera española, y ligando con la fortaleza de Moura y las atalayas de Alvarinho, de Porto Mourão y Coutada.
Atalaia de Porto Mourão
En la corona del pequeño otero, cota de 88 m, que se levanta en la margen izquierda de la ribera del Ardila, a 5 km de su confluencia con el Guadiana, y al noreste de la villa de Moura, en la finca de su nombre, existe en perfecto estado de conservación una torre de albañilería que servía de atalaya. Se compone de dos pisos, realizándose el acceso por una abertura hecha a la altura de seis metros, a la que se inclinaba una escalera móvil, que se recogía en el interior para facilitar la defensa, como era de uso en casi todas las atalayas .

La atalaia de Porto Mourão ligaba con la fortaleza de Moura y atalaya de Alvarinho, y las carreteras de la banda del norte, de Marvão y Amareleja.