Revelím de Santo Antonio y Batería de Registo.
La plaza de Castro Marim fue objeto de refuerzo de su sistema defensivo durante la guerra de restauración, pues a pesar de la posición secundaria de la provincia en la estrategia de guerra era posible la invasión castellana a través del Algarve.
Como se ha contado en la entrada correspondiente, se adaptó la cerca medieval a la arquitectura militar moderna, con nuevas obras de fortificación del tipo abaluartado; se construyó el Fuerte de San Sebastián en el cerro del cabezo de su nombre; se delineó a Cerca Seiscentista, que envolvía todo el arrabal de la Villa a través de dos caminos de muralla que bajaban la colina del Fuerte y subían la colina del Castillo.
Y se construyeron el Revelim de Santo Antonio en la cima de la Rocha do Zambujal y la Batería de Registo, en un pequeño montículo entre los esteros y el Guadiana que guardaba la entrada a los estuarios. Fueron dos fortificaciones importantes para el control de la navegabilidad del Guadiana y de los esteros de acceso al Fuerte de San Sebastián.
Entre 1640 y 1668 se multiplicaron, en los dos márgenes del Guadiana, pequeñas escaramuzas marcadas por las entradas clandestinas y los robos de ganado, protagonizados por las tropas de Castro Marim y Ayamonte. Además de estas escaramuzas, no se conocen otros enfrentamientos entre las dos plazas.
Durante la Guerra de las Naranjas (1801), la Batería del Registo, fue reforzada con efectivos de las milicias de Tavira, en apoyo a la Batería de Carrasqueira (situada a la orilla del Guadiana y hoy desaparecida), protagonizó un intenso intercambio de fuego de fuego artillero con la Batería de las Angustias, en Ayamonte, y las lanchas cañeras españolas.
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