Defensas costa andaluza 169: Torre de Guzmán. Castillo y murallas de Conil

Conil es otro pueblo encantador de nuestra costa gaditana, sobre todo fuera de los meses más turísticos. Y tiene también larga historia

Breve historia de Conil de la Frontera

Los fenicios fundaron un asentamiento en lo que luego sería Conil alrededor de 1.200 a.c. e iniciaron el arte de la pesca con almadrabas. Luego pasaron cartagineses y romanos que dieron un impulso a Conil ya que formó parte de la Vía Heráclea, que unía Málaga con Cádiz y llevaba al templo de Hércules en Santi Petri. El garum tan apreciado en Roma tuvo una buena parte de culpa, ya que se extraía aquí y en otros enclaves de la costa atlántica de Cádiz como Baleo Claudia.

En 711 llegaron los musulmanes que refundaron el pueblo, adscrito a la cora de Medina Sidonia, una provincia de al-Ándalus. Se sabe poco de esta época que duró más de cinco siglos.

La conquista por los cristianos se produjo en 1265 en tiempos de Alfonso X. Fue entonces cuando Conil recibe el apellido de la Frontera, al igual que otras localidades que hacían límite con el reino de Granada como Vejer, Chiclana, Jerez o Arcos.

La conquista cristiana cambio el patrón de asentamientos desarrollado por los musulmanes. Desaparecieron los pequeños enclaves dispersos a favor de una concentración en pueblos y ciudades, más fácilmente controlables por el señor feudal y de más fácil defensa.

Vista de Conil. Braun Hogenberg. 1575. En primer plano trabajos con el atún. Se aprecian las murallas y el castillo

En 1294, el rey Sancho IV de Castilla (El Bravo) otorgó a don Alonso Pérez de Guzmán y a sus descendientes el privilegio de pescar atunes desde el Guadiana hasta el Reino de Granada. En 1299, el rey Fernando IV de Castilla concede a Alonso Pérez de Guzmán la entonces aldea conileña y sus almadrabas para que la repoblara (pues había quedado despoblada tras la conquista y expulsión de los moros) y fortaleciera, colaborando en su nuevo auge. Fue en estos tiempos cuando el pueblo pasó a llamarse Torre de Guzmán, debido a la torre que, para defender la ciudad en caso de ataque, construyeron bajo su nombre.

El rey Enrique IV visitó Conil en 1456. Antes lo habían hecho Sancho IV, Fernando IV y Pedro I. Ello indica la importancia que estaba adquiriendo la Villa ya en el siglo XV. En el siglo XVI la ciudad tiene una pequeña crisis ocasionada por las luchas nobiliarias entre los Guzmanes y los Ponce de León, dos familias asentadas y poderosas, cuyas trifulcas se reflejaron de forma negativa en las almadrabas.

Fue el siglo XVII el siglo de oro de la población, puesto que se convirtió en enclave económico de los alrededores. Ya en el siglo XVIII, las almadrabas empiezan a decaer, aunque no por ello la economía, que comienza a sostenerse gracias a la agricultura y la ganadería.

La presión fiscal sobre propietarios de tierras y aldeanos genera numerosos conflictos y se crea la figura del Síndico Personero para defensa del pueblo, a imagen del Juan Relinque de Vejer.

A principios del siglo XX Conil de la Frontera basaba su economía en la agricultura, la pesca y la ganadería. Con el paso de los años, allá por los 60, Conil comienza a despuntar como destino turístico. Hoy es sin duda uno de los mayores destinos turísticos de la provincia.

Castillo y Torre de Guzmán el Bueno

El castillo de la villa de Conil fue erigido hacia 1295 por Alonso Pérez de Guzmán «El Bueno» para protección de la población y las almadrabas

Dentro del Castillo se edificó una torre de homenaje, fácilmente aislable y autoprotegida, que constituyó el elemento visual y ordenador del desarrollo urbano de la villa.

Recreación del castillo de Conil

Del castillo aún quedan restos visibles, partes del baluarte del mar, la zona baja de las dependencias del palacio que dominaba la playa, en la que se ubicaban unos cuartos altos con un mirador. En los años ochenta se demolieron algunas zonas de la muralla del flanco sur y de poniente, incluso la puerta que accedía al patio de armas.

Así que del castillo queda la torre del homenaje completa, que fue restaurada en 1992, manteniendo la imagen barroca de la última intervención del siglo XVIII.

La Torre de Guzmán tiene 17,5 metros de altura y planta casi cuadrada de 7,50 x 7,75 metros. Está constituida por dos cámaras con bóvedas vaídas de rosca de ladrillo. A la superior se accede por una escalera lateral labrada en el muro noroeste, mientras que al sureste queda emplazada la que sube a la azotea mirador. Ésta conserva pretiles con merlones de sombrerete piramidal y almenas encintadas de almagra, posteriores a las originales, rematándose en las esquinas con escargaitas sobre matacanes, para la autodefensa del edificio en el caso de que el asedio hubiera pasado el recinto murado.

La magnífica construcción de la torre, ejecutada en piedra arenisca local, ha sobrevivido estos setecientos años, gracias a una esmerada ejecución de cantería en sus cuatro esquinas, a base de encadenados y adarajas que no necesitaron nunca de consolidación hasta 1992.

Las murallas de Conil de la Frontera

Al abrigo del Castillo de Guzmán se fue incrementando el caserío de Conil y surgió la necesidad de levantar una cerca para su mejor protección. Pedro de Medina atribuye la iniciativa de la construcción de las murallas de Conil al duque don Juan de Guzmán. En 1502 le encargó la obra a su mayordomo Hernando de los Olivos, pero este no debió ejecutarla con buenos materiales, porque estaba caída por diferentes sitios cuando los turcos atacaron y saquearon Conil en 1515. Para remediar esta indefensión mandó el duque rehacer la cerca de buena obra pocos días después del ataque.

Recreación de las murallas de Conil

La cerca poseía cuatro puertas: el Arco de la Villa y la Puerta de Cádiz, en donde confluían los caminos de Vejer-Medina y de Cádiz respectivamente, y otras dos puertas menores: la del Portillo o del Moscón, por el lado de tierra, y otra puerta frente a la mar, la del Postigo, entre el Castillo y la Chanca. Perdida su funcionalidad defensiva comenzó a deteriorarse, a perderse o a taparse por construcciones arrimadas al muro desde fines del siglo XVIII, aunque todavía rodeaba buena parte del viejo Conil a comienzos del siglo XX.

Uno de los restos de la muralla entre el caserío

Hoy está prácticamente perdida. Se conservan la puerta o arco de la Villa, algún trozo de lienzo almenado y alguna torre con almenas junto a la calle Cádiz, donde daba la puerta de Cádiz. La cerca rodeaba el caserío y era irregular en su trazado para adaptarse a las irregularidades del terreno.

La Puerta de la Villa, conocida también como Puerta de Vejer, es la puerta más importante que se conserva del recinto amurallado que rodeaba y protegía la población. Fue construida a comienzos del siglo XVI. Actualmente, se encuentra integrada en contexto urbano. La puerta queda conformada por una amplia bóveda de cañón.

Arco de la Villa. Foto Ayuntamiento

Si se quiere conocer más Conil y sus monumentos, os recomiendo https://www.elturistatranquil.com/conil-de-la-frontera-cadiz/

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