El fuerte y la batalla de Rande

Pues sí. Como en todas las rías gallegas, las poblaciones de la de Vigo se vieron amenazadas durante los siglos XV a XVIII por las incursiones de corsarios y piratas. Corsarios a sueldo de países como Inglaterra u Holanda, o piratas “sarracenos” del norte de África, aunque en menor número.

No vayan a creerse que los corsarios y piratas varios eran tan rechazados por la población. A ello ayudaba que muchas veces los corsarios iban a sueldo de un noble en su enfrentamiento con el arzobispado. De hecho, los normandos llegaron a tener su propio pequeño fuerte en Cangas para su abastecimiento. Y la población sacaba sus beneficios de abastecerlos. En 1578 el consejo de Guerra era tan consciente de que los corsarios se avituallaban normalmente en las poblaciones costeras de las rías que el Rey ordenó “…que si vinyeren a ellos no se le deje ni consienta entrar enlos dichos puertos ni se acogan en ellos ny se les de ny vendan bastimentos ninguno ni otra cosa alguna….” Lo que de todas formas se seguirá incumpliendo

En el siglo XVI comienzan las guerras entre los monarcas europeos que se prolongarían durante más de doscientos años. Conflictos permanentes que afectan profundamente a las Rías Gallegas, también a la de Vigo. Las diferentes monarquías europeas empiezan a levantar poderosas armadas para proteger sus costas, las vías de navegación y comercio y cercar y atacar a la monarquía enemiga.

Es entonces cuando se pone más en evidencia la necesidad de fortificar las Rías. En el caso de la Ría de Vigo, se contaba con la fortificación de Bayona, considerada la más importante tras A Coruña. Pero los numerosos planes de fortificación proyectados por los ingenieros militares, apenas se materializaron, excepto en el caso de la ciudad de Vigo.

El Fuerte y la batalla de Rande

Uno de los puntos estratégicos de la Ría de Vigo es el estrechamiento que se produce a la entrada de la ensenada de San Simón, por donde hoy transcurre el impresionante puente de Rande.

Allí, en Rande, que hoy pertenece al concello de Redondela, existía una fortificación posiblemente construida a mediados del siglo XVII. También en la orilla enfrentada, se levantó una batería, el fuerte de Corbeiro, para batir desde ambas orillas a las armadas enemigas que pretendieran atravesarlo. Entre ambas defensas se podía tender una cadena que impidiera el paso.

Ilustración del Castillo de Rande hecha por el pintor vigués Serafín Avendaño (1838-1916)

Ambos fuertes participaron en la famosa batalla de Rande en 1702.  El contexto de la batalla era el siguiente: Carlos II (nuestro último rey de la casa de Habsburgo) padecía una esquizofrenia paranoide y sufría alucinaciones, pero había redactado su deseo de que un Borbón ocupase su sitio a su muerte pues no tenía descendencia. El rey francés Luis XIV se apresuró a instruir a su nieto Felipe, duque de Anjou, para ocupar el trono. El emperador austriaco, por su parte, veía en su hijo, el archiduque Carlos, al futuro Carlos III de España. A su vez, Inglaterra desconfiaba del emergente poder español y de su posible alianza familiar con los Borbones franceses si Felipe heredaba el trono.

Cuando muere Carlos II el 1 de noviembre de 1700 el 24 del mismo mes Felipe de Anjou, Felipe V, se coronaba como monarca español, inaugurando la dinastía borbónica tan nefasta para España y habitualmente aliada con lo más granado de las fuerzas reaccionarias del país. La guerra estaba servida, la llamada de Sucesión, una de tantas en que nos involucraron nuestros monarcas.

Recreación de la Batalla de Rande. Grabado de James Basire segunda mitad siglo XVIII

En ese contexto una flota de entre 14 y 20 galeones cargados de riquezas procedentes de las llamadas “Indias”, tras tres meses de derrota, llegó el 18 de septiembre de 1702 a la Ría de Vigo fondeando en la ensenada de San Simón. Estos buques eran escoltados por una flota de guerra franco-española al mando del almirante galo Chateau-Renault y del español Manuel Velasco Tejada.

No era el destino habitual de las flotas de Indias, sólo autorizadas a descargar en Sevilla y Cádiz, pero la amenaza de una flota anglo-holandesa al mando de George Rooke, les persuadió de desviarse al norte para fondear en las rías amigas de Galicia.

Nada más fondear miles de marinos, soldados y población civil se afanaron para descargar a toda prisa las riquezas de los 14 galeones y depositarlas en unos 1000 carros de vacas confiscados a “la plebe”, para hacerlas llegar a la corte. El destino de estas caravanas sería más bien un desastre. Y siempre ha existido la duda si una parte de los tesoros que transportaban aquellos galeones no duermen en el fondo del mar. Curiosamente, la leyenda de los tesoros de los galeones españoles llevó a Julio Verne a localizar en el escenario de esta batalla la fuente de aprovisionamiento de oro del Nautilus en su novela 20.000 leguas de viaje submarino.

Recreación de Xabier Lemos de la Batalla de Rande

Fue el fuerte de Rande en combinación con la batería de Corbeiro y entre ambas la cadena que impedía la entrada de la Flota anglo-holandesa, quienes intentaron proteger la ensenada. En el castillo de Rande había 350 marineros, 200 franceses y 150 españoles, y el de Corbeiro dos compañías de reforzadas por 200 milicianos.

La enorme flota de 42 buques de guerra comandada Shovell y Rooke fondeó frente a Cangas el 22 de octubre. Las murallas de Vigo disuadieron a los ingleses que planearon un ataque anfibio para atacar Rande y la ensenada de San Simón. Ataques desde tierra con la artillería desembarcada y ataques de la flota directamente en el Estrecho.

Pronto el fuego combinado hizo que cayeran Corbeiro y Rande. La flota española vio con sorpresa como los cañones de ambos fuertes volvían su fuego para atacarla.

El resultado fue el previsible: una derrota sin paliativos de los buques franco-españoles y la destrucción de los fuertes de Corbeiro, Teis y Rande. Todos los barcos fueron capturados, hundidos o incendiados.

Una vez ganada la batalla, los atacantes saquearon Redondela y la isla de San Simón. Vigo quedó a salvo protegida por su muralla y defensas. El día 30 de octubre Rooke ordena partir a su armada, que abandona la ría de Vigo, aunque deja una guarnición de 27 buques de guerra junto a los apresados al mando del almirante Shovel.

Una detallada descripción de todos los acontecimientos y prolegómenos de la Batalla de Rande se puede leer en todo a babor.

Reconstrucción, abandono, destrucción y recuperación

Bajo proyecto del ingeniero Cayetano Paveto se reconstruye el Fuerte de Rande en 1788, pero una vez perdida su función militar, fue abandonado durante muchos años.

La puntilla se la dio la construcción del puente de Rande entre 1973 y 1978, que destruyó una parte del fuerte. Uno de los pilares, quedó incrustado entre la muralla. Posteriormente con las obras de ampliación del puente entre 2015 y 2017, los restos han sido consolidados y restaurados

Museo de la “Batalla de Rande” en Meirande

Por suerte, en 2010 se intenta rescatar y poner en valor toda l< riqueza arqueológica de la ensenada de San Simón. Se formó la Asociación Cultural de Rande con el arqueólogo Xurxo Constela Doce a la cabeza, se lleva a cabo la restauración de lo que quedaba de la fachada de la llamada “Fábrica del Alemán” y se allí se procede a la construcción del Museo y Centro de Interpretación MEIRANDE.

Aunque no resulta fácil de localizar (tal vez ya esté señalizado) merece la pena visitar este Museo para conocer la historia de la zona y el escenario de la Batalla de Rande. No lo dejéis de visitar y los restos del Fuerte restaurado, si os acercáis a Vigo.

Dos enlaces sobre el museo: Galicia Maxica y Descubre Cada Día

Centro de Interpretación de Meirande (foto https://descubrecadadia.blogspot.com/)

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