Como hemos dicho en la anterior entrada de este blog, A Coruña será un punto clave de la red de defensa española a principios del siglo XVI, junto a Cádiz y Cartagena. Por ello a lo largo de los siglos XVI y XVII se propondrán continuamente nuevos proyectos para mejorar el sistema defensivo de la ciudad, que había demostrado su ineficacia durante los ataques de 1589 de Francis Drake o el bloqueo francés en 1639 del arzobispo de Burdeos, comandado por el almirante Henri d’Escombreau de Sourdis.
Pero no será hasta el siglo XVIII cuando se completara el sistema defensivo de la ría debido los continuos cambios de ingenieros y de directrices y la falta de fondos de la corona que pretendía que la mayoría de los gastos recayeran en la población.
El sistema estaba compuesto por un conjunto de fortines, baterías y castillos que se complementaban con el amurallamiento de la ciudad, cuya ubicación se puede observar en el siguiente plano sobre una carta náutica de 1788

Castillo de San Amaro
La rocosa península de la torre estuvo defendida por fortificaciones de escasa entidad que hoy han desaparecido como la Batería de Praderas o la de Adormideras.
De mayor entidad fue el también desaparecido Castillo de San Amaro que fue construido a finales del siglo XVI como una simple batería pero que fue ampliado en el siglo XVII con puerta y bancada para cincuenta mosqueteros.

El castillo de San Amaro, con la torre de Hércules, venía a ser algo así como la avanzadilla, o atalaya, desde la que se avistaban, y defendían, las expediciones que llegaban a la ciudad con propósito atacante, por lo que se conoció “castillo chivato”. Para finales de siglo XVIII ya estaba convertido en ruinas que fueron definitivamente derribadas en torno a 1940
Castillo de San Antón
El islote se utilizaba como lazareto donde se confinaba a los enfermos de lepra y existía en él una pequeña ermita rectangular dedicada a San Antón construida a finales de la Edad Media
La primera constancia del interés en construir allí un castillo proviene de la visita de Carlos I a la ciudad en 1520. El monarca quería construir la Casa de Contratación de Especias, pero exigía mejorar la capacidad defensiva de la ciudad, que hasta entonces solo contaba con la muralla medieval.
Seguramente la construcción empezaría sobre 1530 y se da por finalizada en 1598 con una estructura básicamente similar a la que hoy contemplamos. Los proyectos fueron de los ingenieros Rodríguez Muñiz y Tiburcio Spanochi

Durante los siglos XVII al XVIII se introducen diversas modificaciones. Las de más calado fueron a cargo de Francisco de Montaigu en 1726, Baltasar Ricau en 1774 y Antonio López Sopena en 1779 que conformo la estructura del castillo que en lo fundamental se mantiene hasta hoy.
Finalmente, en la década de 1930 se construye la conexión con tierra. En 1958 pasa a propiedad del Ayuntamiento y en 1963 se acuerda la ubicación del “Museo Arqueolóxico e Histórico da Coruña” para lo que se realizan diversas obras de adaptación a ese cometido.

Uno de los usos más tristes de este castillo fue su utilización desde el siglo XVII hasta mediados del siglo XX como presidio destinado tanto a presos comunes como políticos.
Entre ellos no faltan personajes destacados, como Antonio de Villarroel, general en jefe de la defensa de Barcelona frente al asedio borbónico en 1714; más tarde Rafael Melchor de Macanaz, ministro de Felipe V; Alessandro Malaspina en 1796, científico ilustrado que cayó en desgracia por su crítica al sistema colonial; Juan Diaz Porlier, el Marquesito en 1814, que se alzó contra el absolutismo de Fernando VII por lo que fue preso y ahorcado en el Campo de la Horca, hoy plaza de España; Augusto González de Linares, científico preso por defender la libertad de catedra; entre otros muchos.
Pero posiblemente el episodio más brutal fue el del asesinato a sangre fría de 51 presos absolutistas, encarcelados en 1823 para posteriormente ser objeto de una saca tras la que fueron degollados y arrojados al mar hasta ahogarse.
Y no podemos olvidar a los represaliados de la Guerra Civil y de la dictadura franquista, últimos huéspedes involuntarios del castillo-cárcel.
Para saber más del Castillo de San Antón se puede ver este documento con una amplia información sobre su desarrollo y evolución
Castillo San Diego
Las primeras obras de este castillo se realizaron entre 1630 y 1636 promovidas por el Capitán General D. Pedro de Toledo, aunque seguramente hubo una batería anterior levantada por el Marqués de Cerralbo.

Su eficacia quedó demostrada durante el ataque francés a la ciudad en 1639. Sus cañones, junto a la cadena que unía este castillo con el de San Antón para frenar el paso de los barcos, consiguieron rechazar el ataque. En 1792 se reestructuró y amplió el castillo bajo la dirección del ingeniero Fernando Gaver.

Tenía forma irregular para adaptarse a las rocas sobre las que se levantaba en un saliente de la costa. Su defensa cara al mar estaba constituida por dos flancos y una cortina capaces de albergar a 21 cañones. Por tierra tenía una tenaza doble con terraplén capaz de 15 cañones, aunque no tenía foso.

En el siglo XIX el castillo es abandonado y en 1963 increíblemente acabaría derruido de forma absurda para la ampliación del puerto comercial.

Batería de Oza
Con el objetivo de cubrir la playa de Oza y el acceso a la Ría del Burgo, que no podía cubrir el Castillo de San Diego, se construye entre 1640 y 1655 la Batería de Oza, si bien su aspecto actual se debe al ingeniero Blas Gil Bernabé que culminó la obra en 1797.

Se caracteriza por ser de traza estrellada y simétrica, que se va escalonando y con un foso perimetral. Tenía un edificio de planta rectangular con cuatro bóvedas de cañón, que remataba en una azotea.
En el siglo XIX fue usada como lazareto y a principios del siglo XX pasa a formar parte del Hospital Marítimo. En 1915 se levanta un Faro sobre la terraza baja, para guía de los barcos en el acceso al Puerto. En 1999 se restaura y se instala en la Batería el Instituto de Ciencias da Saúde. El Faro a partir de 1918 se puede solicitar para celebraciones.
Fuerte de Valparaíso
Lo que sabemos del Fuerte de Valparaíso sabemos que se comienza a construir en el año 1636 y se termina en año 1655, y que constituye un apoyo para la batería de Oza y el Castillo de San Diego, y se encarga de defenderlos. Y que existe un proyecto de reforma del ingeniero Cayetano Paveto de 1788.

Y poco más. Durante tiempo se pensó que se trataba de las ruinas existente en el parque de Eirís, conocidas como «castillo de Eirís», pero los arqueólogos han concluido que tales ruinas no tienen características defensivas, en todo caso se trata de una casa fuerte que fue utilizada como residencia familiar durante varios siglos hasta que hace 50 o 60 años dejó de estar habitada.

Castillo de Santa Cruz
Aunque tras el ataque Francis Drake en 1589 hubo diversos proyectos para levantar un fuerte en el islote de Santa Cruz que completara la defensa de la Bahía, su construcción no comenzaría hasta 1595 según proyecto del alférez Pedro Rodríguez Muñiz, consistiendo en una serie de batería artilladas

Tras el bloqueo francés de 1639 se proyecta su reforma y ampliación, pero la falta de fondos impide su realización. En 1775 se inician obras dirigidas por el ingeniero Pedro Martín Cermeño, que pretendía crear una nueva línea amuralla y una nueva planta en punta para mejorar sus defensas. De este proyecto sólo se realiza la batería y una explanada para la artillería según podemos ver en el plano de Gaver de 1792 del estado de la fortificación.
A la derecha Plano de Francisco de Gaver de 1792
Ninguno de los otros proyectos elaborados llega a realizarse y en el siglo XIX deja de tener valor militar y fue adquirido por Xosé Quiroga, marido de Emilia Pardo Bazán. La hija de esta y su marido, el general Cavalcanti, lo heredaron y lo convirtieron en un pazo para vivienda propia, haciendo una interpretación libre de un castillo medieval.

Finalmente, el Ministerio de Defensa, al que había pasado de nuevo, lo cede al Ayuntamiento de Oleiros en 1989 y pocos años después acoge el Centro de Extensión Universitaria y Divulgación Ambiental de Galicia (CEIDA).

Batería de Mera
La Batería de Mera se construye para completar el sistema defensivo de la Bahía entre 1640 y 1655 siendo Capitán General de Galicia D. Vicente Gonzaga.
Se trata de un simple aterrazamiento en forma de media luna, con un parapeto para los cañones, aunque disponía de un edificio para resguardar la tropa y como polvorín. Disponía de cañones de bronce de 3m. que fueron arrojados al mar en 1809 tras la Batalla de Elviña para evitar que cayeran en manos del ejército de Napoleón. En 1996 los cañones fueron recuperados por buceadores de la Armada y hoy se encuentran en los museos militares de Coruña y Ferrol

Me gustaría conocer la fuente original de dónde has extraído el grabado decimonónico del castillo de San Diego. Es para incluir en una publicación. Gracias
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Correcto. Lo busco
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