Historia
El castillo de Santiago o Alcázar Nuevo fue mandado construir por Enrique Pérez de Guzmán y Fonseca “El Magnífico”, II duque de Medina Sidonia. Su construcción debió llevarse a cabo a lo largo de la década de 1470 y quizás en los primeros años de la de 1480. En su construcción se utilizaron los restos del amurallamiento construido por Alonso Pérez de Guzmán “El Bueno” a finales del siglo XIII

Como se ha señalado en otras entradas del blog, “Guzmán el Bueno” recibió la villa de Sanlúcar de manos de Fernando IV, como otras tantas, en premio a sus servicios a la corona de Castilla. Además, consiguió para su familia el encargo de vigilar las costas andaluzas y el permiso para explotar las pesquerías del Atlántico. Esto, además de sus servicios militares, permitió a la casa de los Guzmán coger un gran prestigio y poder.
Fue su descendiente, Enrique Pérez de Guzmán, quien mandó levantar el castillo. La construcción del castillo no tenía por objetivo vigilar el río, ya por entonces a más de 700 m de distancia, ni para luchar contra los musulmanes reducidos en aquel tiempo al reino nazarí en Granada.

Responde más bien a la enemistad con Rodrigo Ponce de León (casa de Arcos) los cuales se enfrentaron constantemente. Levantar el castillo era más bien un símbolo de poder frente a su enemigo don Rodrigo. Tales fueron los enfrentamientos que la propia Isabel la Católica viajó a la zona para poner paz entre ambas familias nobiliarias. Se cuenta que la reina vio por primera vez el mar desde la Torre del Homenaje del castillo de Santiago. También estuvieron alojados en sus muros Cristóbal Colón y Magallanes.


En 1645 don Gaspar Alonso Pérez de Guzmán y Sandoval es acusado de rebelión y le son arrebatadas sus posesiones, entre ellas el castillo de Santiago, que pasa a manos de la corona. A partir de ese momento es usado como fuerte militar, se va abandonando paulatinamente y cae en la ruina.
Durante la Guerra de la Independencia es ocupado por las tropas francesas. Pero pronto el castillo queda abandonado y en creciente deterioro.
A principios del s. XX el Ministerio de Defensa lo pone a la venta, pero finalmente lo cede al Ayuntamiento de Sanlúcar que lo destinará a diversos usos: hospital, comedor… Esto hace que la ruina se vaya acentuando. Es incluso usado como taller de reparación de coches.

Como tantos edificios militares, el Castillo de Santiago se usó para encarcelar a numerosos presos políticos. Fue habilitado como prisión para albergar a los presos de todos los depósitos municipales de la provincia que se encontraban a disposición de las autoridades militares.
En la década de los 80 y principios de los 90. se realizaron pequeñas labores de recuperación. En estas labores se encontró un pasadizo de escape que parte de la liza, y que llevaba al Palacio de los Duques de Medina Sidonia. Este pasadizo sólo se conocía por planos antiguos, pero fue descubierto durante la actuación de la Escuela Taller Tartessos, a principios de los 90. Esta galería fue construida a mediados del siglo XVII, cuando se cernía sobre Sanlúcar la amenaza de confiscación por parte de la Corona de los bienes del Ducado y que finalmente llegaría a cumplirse, por traición.


Será en 2003 cuando se realice una profunda restauración y recuperación del mismo gracias a la empresa Officia S.L. (a la que se concedió su gestión durante 50 años), musealizándolo y poniéndolo a disposición para la celebración de actos culturales y celebraciones. La visita merece la pena sin duda, pues ha quedado de lujo.
Breve descripción

Presume el Castillo de Santiago de ser el más grande de la provincia. Y posiblemente sea así. Tiene planta cuadrada, con una barbacana exterior y torres de planta cuadrada en las esquinas y de planta circular en la mitad de sus lienzos, todas de unos 20m. de altura.
De entre las torres que rodean sus muros, en el ángulo que mira al mar, destaca la poderosa Torre del Homenaje, hexagonal imitando a lo Torre de Guzmán del Castillo de Tarifa. Tiene una altura de 40 varas (unos 33,5 metros).

A su lado, encastrada, encontramos la ceremonial Aula Maior, que representa un caso singular en la arquitectura militar hispana, similar a la del castillo de Cádiz. Su misión era impresionar al visitante como espacio de representación, pues resulta un alarde de planta cuadrada de 22 metros de altura, cerrada por bóveda semiesférica de ladrillo sobre pechinas y adornada con pinturas murales que imitan labores de sillares, con segures en los cartabones.
Hay que destacar la Puerta de la Sirena, que da acceso al patio de armas desde la barbacana. En ella aparece una sirena o un tritón sobre el arco de medio punto. A ambos lados aparecen situados los escudos de armas de los Pérez de Guzmán y de los Mendoza.


La puerta de acceso original al castillo es la llamada Puerta de Santiago, orientada hacia el pueblo, que disponía de un puente levadizo. Actualmente se accede por una puerta orientada a la Plaza del Castillo que se abrió posteriormente.
Cuenta además con una poterna junto a la Torre del Homenaje y el mencionado pasadizo que se ha datado en el s. XVII y que debía unir el castillo con el Palacio Ducal, además hay otra bifurcación que al parecer iba hacia la playa, pero sólo se conserva el primer tramo del mismo.


Otros elementos conservados son los calabozos del castillo en los que los prisioneros eran encarcelados metiéndolos por la única apertura del techo. Asimismo, en el patio de armas, hay varias salas a doble altura para vivienda del alcaide y alojamiento para un escuadrón de infantería. Debido a la época de construcción cuenta también con elementos para la artillería, tanto para defenderse de ésta como para usar la propia, así en la muralla que rodea exteriormente al castillo hay casi medio centenar de troneras.
Por último, como curiosidad señalar la existencia en sus muros, además de las marcas de cantero, de diversos grafitis de distintas épocas, tanto en el exterior como en el interior de la torre.


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